32. Lluvia de tweets.

1.1K 60 36
                                    

• • •

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

• • •

Mateo

Al terminar de escuchar todo lo que me contó Lautaro, quedé medio en shock.

Me acabo de enterar de bastantes cosas que pasaron en lo de Enzo, tres o cuatro semanas después.

Cosas como que mi amigo se comió a Delfina, la mejor amiga de Franccesca; Pedro se comió a Celene y Mayra no se enteró; algunas del suda se pegaron unos cuantos gritos con las de nuestro colegio...

Siento estar aislado de la sociedad.

—Lo de Celene y Pedro es un montón— murmuré sorprendido, él asintió.— Y que Mayra no lo sepa es aún peor todavía...

—Mejor que no lo sepa— me interrumpió.—. La conocemos, y va a saltar como leche hervida contra los dos, más que nada con Celene.

—¡Por eso se tiene que enterar!— expliqué, pero él seguía sin entenderme.— Celene se la pasa boqueando y hablando por los codos sobre todos, pero de ella no se puede decir nada porque saltan las amigas a defenderla, incluída Mayra. Pero ¿de esta quien la va a defender? ¿Mayra?— ideé, a lo que me pareció algo excelente. Soy un genio.

Me encanta ser el foco del bardo y verlo todo desde afuera.

—¿Querés que las minas se peleen?— preguntó al no entender mucho lo que le planteaba.

—Es más que eso, Lau— insistí.—. Si se la agarran con Celene, van a sacarle más información, porque estoy seguro que más de una cagada se habrá mandado— aseguré con confianza. Lautaro me miró pensativo y, a la vez, pensando en si darme la razón o no.

—No, negro, sos un bardo— se negó, esta vez decidido.

—¡Lau, dale!— imploré.

Mi amigo me esquivó yéndose para la cocina, yo bufé.

Estaba en su casa e hicimos rancho aparte de Mayra, ya que ella estaba en la casa de sus amigas porque no se quería juntar con nosotros. Que haga lo que quiera, no le íbamos a estar atrás. En realidad, nos habíamos juntado para hacer un trabajo práctico de historia, que es para dentro de dos días, pero estábamos haciendo de todo menos el trabajo.

—Dejala que Mayra se dé cuenta sola— dijo Lautaro desde la cocina.

—No se va a dar cuenta— contraataqué.—. Si no se lo hacen saber, va a seguir con la misma pelotuda de siempre y le va a seguir cambiando la cabeza sobre nosotros. No le creo ni un poco que se haya enterado por los del suda, es garca pero hasta ahí— di por entendido, a lo que mi amigo no me respondió.—. ¡Dale, boludo! ¡Aunque sea le tiramos un centro!— persuadí.

cicuta; trueno.Where stories live. Discover now