60. Cicuta.

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Franccesca

[10/11 16:48] mato: te llegas a poner ESE top
[10/11 16:48] mato: y mi pensamiento mas tranquilo
[10/11 16:48] mato: es empotrandote contra la pared
[10/11 16:49] mato: 😁

No puede mandarme este mensaje dos segundos antes de irme a dormir siesta.

"definitivamente no me lo voy a poner", avisé por mensaje.

[10/11 16:50] mato: AMOR
[10/11 16:50] mato: por favor🥲
[10/11 16:51] mato: voy a estar re en pedo ni me voy a dar cuenta q lo tenes

"anda a dormir o no llegas ni al boliche", pedí, con ánimos de dejar el celular de una buena vez.

Segundos después, me llegó una nueva respuesta y no era con sólo menajes, sino con un video.

Acabo de salir de bañarme...— dijo, poniendo el celular en una altura que se le vea el cuerpo entero. Y Dios santo, no soy digna de ir al cielo con todos los pensamientos sadomasoquistas que se me vienen a la cabeza. Tenía enrollada una toalla en su cintura y también se estaba lavando los dientes, un 2x1.—. Ponete ese top o me voy a encargar personalmente de ir y ponertelo yo mismo, no de la mejor forma— amenazó, ahora mirando a la pantalla del celular.

Por último, en el espejo empañado, dibujó un corazón y adentro una F, para terminar cagándose de risa por lo que hizo. Capaz que es el peor corazón que vi en mi vida, pero la intención me dejó enamoradísima.

"ajajajajaj te amooo miamorrr", le respondí al video, "que me vas a poner??? 😲", insistí.

[10/11 16:53] mato: JAJSKAKSNA na bue uno tratando de ser educado con su mujer
[10/11 16:53] mato: y salen con gansadas
[10/11 16:53] mato: PONETE ESE TOP no te lo digo mas.
[10/11 16:54] mato: cambio y fuera

El top con el que Mateo estaba tan empecinado, era uno verde que usé en una previa de Enzo, de las primeras entre el Nacional y nuestro colegio. Él dice haber quedado encantado con cómo me quedaba dicha prenda, creo que la mayoría de la elección de mis outfits eran gracias a Mateo y a su sincera opinión.

Le respondí los últimos mensajes y sin esperar su respuesta, dejé el celular en mi mesa de luz.

Antes de cerrar los ojos, tocaron la puerta de mí habitación y yo dejé que pase.

—Uy, mi amor, perdón...— habló papá al ver que estaba a nada de dormirme mi merecida siesta. Pero yo lo hice pasar igual, no quería dejarlo afuera.

—¿Pasó algo?— pregunté, haciéndome a un costado para que se siente al borde de la cama. Él negó.

—Vine por chusma nada más— confesó, posando una de sus manos en mi cuerpo para acariciarme.—. Mirá, te traje esto...— avisó, ahora sí sacando lo que traía escondido en la espalda.

Y me dio un paquete de las gomitas moritas, de mis favoritas por siempre.

—Ay, papi, gracias...— murmuré, recibiéndolo con ternura.

—Hace mucho no te las compraba, hoy pasé por el kiosco del Nacional y vi que las vendían— explicó dicho gesto, y se le escapó de inmediato una sonrisa al verme tan contenta.

—Hace un montón no las comía— reconocí, y no esperé ni un segundo en abrir el paquete. Me moría por probarlas de vuelta.—. ¿Cómo te tiene el fin de curso con el Nacional?— pregunté, sentándome contra el respaldo de la cama.

—Si soy sincero, un poco angustiado— admitió, haciendo que me sorprenda.—. Fue un muy lindo grupo, y creo que con los que más me reí y más conexión tuve en años. Va a costar un poquito soltarlos— lamentó, mirándome a los ojos.

cicuta; trueno.Where stories live. Discover now