Capítulo 29.

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Lena.

Dios mío, ¿en qué estaba pensando?

Dar esa mirada rápida me corroboró que esa tonificada espalda seguía a mi lado y que los cabellos rubios estaban esparcidos para tapar su rostro. Estábamos acostadas entre las cobijas de mi habitación, justo al lado donde mi hija seguía su siesta post comida; y yo, estaba acostada, meditando un ataque de pánico post sexo con mi ex y madre de mi hija.

—¿Qué mierda he hecho? — Jadeé en un intento desesperado por borrar esa imagen de mi cabeza. — ¿Por qué...?

Escuché un chillido pequeño, sabiendo que en pocos minutos se convertiría en un llanto torrencial por sentirse abandonada. Cuidadosamente me envolví en las sábanas, sabiendo que despertar a la rubia sería agregar un pesado saco sobre mi espalda; así que solo dejé que mi cuerpo se deslizara cuidadoso y comenzara a moverse en dirección a la pequeña, aún desnuda y vulnerable.

—Mi amor. — Susurré picando suavemente su costado para obtener su atención. — ¿Estás aburrida de estar acostada? — Ella apretaba sus manitos y me miraba, como si analizara la idea de gritar más fuerte. — ¿Te parece si vamos a tu parque de juegos?

Con cuidado extendí las manos para tomarla, asegurándola cuidadosamente contra mi pecho para poder mantenerla segura. Ella estaba tranquila, completamente tranquila, pero no me sonreía; aún había algo que le molestaba.

—Vamos, amor. — Susurré. — Es mamá.

—Quizás quiere a su otra mamá. — La imagen de Kara en ropa interior, descalza y completamente confiada hizo que me tragase el alma. — ¿No es así, niña preciosa? — De inmediato y contrario a todo lo que creía, una sonrisa dulce se extendió en su boquita, junto con sus manitos desesperadas por alcanzar a la rubia y claramente la desgraciada no hizo más que extenderse para alcanzar el cuerpecito inquieto de la niña. — Esta pequeña consentida solo necesita un abrazo de mamá.

Dios, esto... no podía ser.

—¿No es hora de su comida? — Preguntó la rubia distraída mientras la mecía suavemente. — No entiendo mucho los horarios de la bebé, quizás podrías ayudarme.

Esto era demasiado. — Dios, no hagas esto. — Jadeé sin poder contenerlo, obteniendo una mirada inquisitiva de la rubia. — Hemos tenido sexo, no nos conviertas en una familia feliz. — De inmediato obtuve un ataque directo de esos ojos enardecidos. — Kara, no puedo...

—Si puedes, Lena. — Cortó con voz firme, de esas que me hacía estremecer. — No estoy diciendo que nos convertiremos en una familia feliz de la noche a la mañana, solo te estoy pidiendo ayuda para comprender los horarios de la bebé. — No podía mirarme con esos ojos y no esperar desarmarme. — Sé que no me he ganado la confianza, que para eso requiere tiempo. Pero una cosa es lo que pase con nosotros como pareja y otra muy diferente es nuestra hija.

—Pero...

—Pero nada, Lena. — Me cortó acomodando a la niña sobre su hombro. — Entiendo que hay cosas que aún no estás lista para discutir en todo esto, pero eso no significa que necesites hacer las cosas con nuestra hija sola. — Quería pegarle, pero ella tenía a Lutessa en sus brazos. — No voy a permitir que me sigas apartando de esa manera tan cruel y tampoco voy a permitir que me hagas a un lado; y si, si tengo que gastar todas mis energías en conquistarte, lo haré, porque te amo y quiero que estés a mi lado.

Intenté decir algo, pero parecía que Kara no estaba dispuesta a estar un palmo de distancia en esa batalla campal.

—Escúchame, porque solo te lo diré una vez. — Volvió a reanudar su discurso. — No soy una persona que se rinde y no me rendiré contigo, porque estoy enamorada de ti, lo he estado como jamás en la vida he estado así de otra persona. — Pese a que ella parecía esta completamente enojada, Lu estaba llena de tranquilidad, incluso parecía suspirar dulcemente cada vez que la mano de Kara se pasaba por su espalda. — Y sé que todo lo de Andrea se vio como la mierda, pero fue solo una manipulación de los hechos por parte de personas idiotas y mal intencionadas. Y sé que no puedo explicar lo de esa noche, no encuentro una razón coherente en donde ni siquiera la maldita regresión funciona, pero no me rendiré, aunque tenga que abrirme la cabeza encontraré una explicación, devolveré la confianza que me tenías y te conquistaré.

La deuda de Los Luthor. - SupercorpWhere stories live. Discover now