Capítulo 55

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Sam.

Sus labios recorrían dulcemente mi cuello, dejándome a la merced de un vendaval de emociones que no era capaz de controlar, un irreconocible fuego en mi cuerpo que sabía que debía apagar, pero que no deseaba en absoluto hacerlo.

Encontré su mano recorriendo por mi espalda hasta llegar a mi trasero, apretando con fuerza como una invitación a que detuviese todo, a que pausara esta locura, pero no encontré mi voz en absoluto, solo un gemido lastimero que se escapó desde el centro de mi alma y aferró las manos desesperadas a la piel mojada de esa persona que tanto adoraba.

—Si no me dices que pare. — Una mordida tentativa llegó a mi mentón. — Si no me dices que pare, no me detendré. — Las manos desesperadas de Alex buscaron los botones bajos de mi blusa, esa que le había robado hace un par de meses para poder estar en casa, esa que adoraba tremendamente. — No tengo las fuerzas para resistirme a ti, no tengo fuerzas para mantenerme alejada de ti.

Sabía que no tenía fuerzas para dar otra negativa, sabía que también lo quería y que deseaba furiosamente sentir como sus manos me tomaban y me desenvolvían a su voluntad, que me llevaba al cielo con un único toque que me volvería gelatina en un instante

Enredé mis dedos en su cabello y tiré suavemente para poder ver esos hermosos ojitos. — Vas a usar condón. — Sentencié, obteniendo una boca abierta como protesta inminente. — Y lo sé, sé que quieres un equipo completo de futbol como hijos, pero no puedo estar embarazada cada año de mi vida fértil.

—Si seguimos con la racha de mellizos, disminuiríamos el tiempo considerablemente. — Argumentó moviendo sinuosamente la mano por la curvatura de mi trasero. — Es un negocio de ganar y ganar.

Volví a apretar la mano contra su cabello. — Las cosas con tiempo. — Sentencie. — Con condón o no hay nada.

Alex se detuvo a pensarlo un momento, haciendo los cálculos necesarios para darme una respuesta adecuada y probablemente que le gustase a ella, que fuese completamente acorde a sus propósitos malvados.

La vi asentir. — Luego te voy a convencer de tener nuestro propio equipo.

Sus labios se prendaron de inmediato a mi cuello, besando con fuerza, probablemente con esa necesidad desesperada de tener alguna evidencia de que esta noche había pasado, de que había ganado ese deseo desesperado de entregarnos una vez más. Los dedos cálidos de Alex se colaron bajo mi camiseta, recorriendo con esa delicadeza que tanto me enamorada de ella.

Sabía que con esa naturaleza que tenía, la blusa sería descartada con agilidad, que la ropa sería desaparecida con manos de plumas que me harían sentir completamente querida, como lo había hecho desde el primer momento en que sus labios tocaron los míos y que de su tierna boca salió un "te quiero".

Guie sus labios para que subieran hasta poder fundirnos en un beso lleno de lujuria, de desespero que disminuía esos meses en los que no pudimos tocarnos de esa manera tan íntima, no pudimos amarnos de esa manera carnal que me acercaba aún más a su alma. Mientras me besaba, sus dedos de pluma se deshicieron de mi camiseta, dejándome completamente desnuda en la parte superior.

Esos profundos ojos castaños se dilataron mientras me miraba fijamente, activando en mí una inseguridad sobre mi cuerpo que no sabía que tenía. De pronto me sentí deforme, fea, gorda.

—Eres hermosa. — Jadeo.

El mundo se detuvo un segundo, el mismo segundo en que ella se arrodillo y besó mi vientre con ternura, dedicando cada beso un elogio sobre lo suave de mi piel, lo cálida que era, lo hermosa que era. Los ojitos tiernos de Alex me miraban tiernamente, sin perderse ninguna de mis reacciones, mientras sus manos, con la misma suavidad desprendían mis pantalones para dejarme completamente desnuda.

La deuda de Los Luthor. - SupercorpWhere stories live. Discover now