Capítulo 5 "Uno de dos"

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Anne cumplió su palabra y de manera puntual llegó hasta la casa de las hermanas Gray para hablar de todo lo ocurrido durante la fiesta.
Fue recibida con una gran bandeja de galletas, pan de mantequilla y por supuesto té.

—¿Qué le ponen a estas galletas que están tan deliciosas? —dijo mientras comía.

Lucille la miró como si quisiera estrellarla contra el piso.

—¿Qué?

—¿Viniste solo a comer? Bien podrías venir otro día en el que esté más que dispuesta a acabarme todo contigo.

Anne ignoró su comentario y tomó otra galleta. Lucille tuvo que contener el enfado que le provocó verla comer con tanta despreocupación. Era capaz de devorarse la comida de todo un regimiento sin la menor culpa, y ese era sin duda uno de los peores hábitos para una viuda vizcondesa.

—¡Suficiente! —exclamó poniéndose de pie.

—Siéntate —ordenó mientras percibía lo ansiosa que estaba por saber lo que había averiguado —. Platiqué con algunas damas ayer en la velada y me comentaron cosas muy interesantes.

—¿Ah, sí?

—Lord Van Garrett fue la comidilla. Como de costumbre, es el único que da de qué hablar.

Lucille se puso tensa al oír el nombre. La mayor defensa que pudo hacer fue cruzarse de brazos.

—Ibas a averiguar sobre el duque —recordó.

—Oh, sí. Pero quiero aprovechar para comentarte que el conde es un hombre muy encantador, deberías darle otra oportunidad.

—¿Por qué debería importarme? ¿A caso no viste cómo me ignoró con el claro propósito de ofenderme?

—¿Y lo logró? —preguntó al darse cuenta de cómo se ponía al mencionarlo.

—Por supuesto que no —aseguró mientras extendía sus manos al frente sobre sus rodillas —. ¿Y qué información te dieron de lord James?

Imitando una graciosa voz chillona, Anne hizo una mueca y soltó la información.

—"Arthur James es un hombre agradable, algo tímido, pero lo suficientemente inteligente como para entretener a cualquier mujer".

—¿Eso es todo? ¿Me voy a casar con un hombre que solo sabe conversar?

—Lady Brown no me especificó que fuera buen conversador. En realidad no se de qué forma logra lord James entretener a las damas —dijo reflexiva.

—Eres muy tonta, nunca preguntas cosas importantes.

—Basta, señorita —dijo con suavidad —, por lo menos también averigüé que es huérfano e hijo único.

—Eso no me sirve para nada.

—Ya me tienes harta.

Durante unos segundos hubo silencio total. Anne batió su té con ayuda de la cuchara, y al primer sorbo escuchó balbucear a Lucille una palabra que rara vez decía:

«Perdón ».

Ella no le contestó y volvió a tomar un pastelito para entretener su boca y así evadir una respuesta.

—¿Qué sentiste tú, cuando conociste a tu esposo? —preguntó de repente.

La expresión de su rostro cambió al pensar en la respuesta a esa pregunta. Recordar y hablar maravillas del hombre que había sido su compañero, le producía una especie de placer que le confirmaba lo feliz que había sido con él.

"Como sello sobre tu corazón" Where stories live. Discover now