Capítulo 41 "Los bailes"

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—¡Amelia! ¡Dónde te has metido!

Madeleine estaba eufórica. Ya no se aguantaba las ganas de contarle las últimas noticias que había escuchado en el inicio de otra temporada más en la ciudad.

—Estuve con mis tíos en Bath.

—Dile a lord Hamilton que no es sano para una señorita como tú estar tanto tiempo fuera. Vamos, que he invertido mucho en esto como para que me pagues con tu ausencia.

La tomó del brazo y se apresuró. Ambas estaban en el salón del cuarto baile de apertura y esa noche de abril había estado haciendo más calor que de costumbre.

—¿Pero qué ha provocado tal entusiasmo en usted?

—La señorita Lucille Gray ha vuelto a los bailes.

—¿Qué? ¿Después de que se supo su fallido compromiso con lord James aún tiene las agallas para presentarse?

—Linda, ya no viene de la mano de lady Gray sino de la mismísima Lady Brigton. ¿Sabes lo que eso significa?

Amelia negó con la cabeza.

—Que se robará toda la atención, tal y como ocurrió en los primeros meses de su debut.

—Creo que esta siendo muy escandalosa.

—Nada de eso. Todos sabemos la influencia que tiene esa mujer en los grandes círculos a los cuales no podemos acceder los aristócratas simples como nosotros. 

—Desconozco el tema, mi lady.

Mady se acercó con discreción hacia ella y susurró.

—Ella fue esposa del marqués William Brigton, uno de los primos segundos más cercanos a su majestad.

Amelia se sorprendió tanto de que ella misma desconociera esa información, que no pudo evitar un leve sentimiento de amargura.

—De sus cuatro hijos solo le queda soltero el menor, que muy pronto andará por aquí.

—¿Habla de Louis Brigton?

Mady asintió sonriente.
Para nadie era un secreto que aquel muchacho había sido compañero de correrías junto a Anthony. Amelia ya lo había conocido en ese entonces y vaya que sí era atractivo, pero con la reputación de ser un rebelde empedernido. Sus hermanos mayores ya tenían familias, eran hombres discretos y sensatos, pero nadie ni siquiera su madre había podido guiar el cúmulo de locura que habitaba en su interior.
Un rubio de ojos azules con una brillante sonrisa que además poseía el encanto natural de todos los hombres de su familia. 

—Tal vez su plan es demasiado evidente, ¿no lo cree?

—Entonces no debería preocuparme si la señorita Lucille regresa o no a los bailes, ya que según su idea, Lady Brigton la estaría emparejando con su hijo.

—Querida Amelia, ¿Qué hombre puede llegar a ser la mejor opción en la ciudad después de ese jovencito Brigton? 

Se quedó pasmada. Ahora sí que veía realmente cuál era el problema.

—No creo que lord Brigton se sienta atraído por alguien como ella.

—Todo puede pasar.

—¿Y a todo esto qué se ha sabido de la familia de la señorita Gray?

Madeleine sugirió que mejor caminaran y así podrían unirse más personas que supieran datos interesantes además de los que ya se había encargado de investigar.
Hace cinco meses, Agatha Penwood, conocida por todos como Lady Gray, había huido de la ciudad como una ladrona al ser acusada de haber dejado desprotegidas a dos señoritas que, según una clausula del testamento de su marido, eran su responsabilidad. Desfalcar los recursos de dos dotes solo cargó la condena. Por lo que solo podrían pronosticar dos opciones: o iría a la cárcel o viviría en la calle.

"Como sello sobre tu corazón" Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang