Capítulo 50 "Reclamos"

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Cuando Lucille volvió al palco, no pudo concentrarse ya en la Ópera.
Su mente divagó durante el resto de la función y fue una tortura lenta y agonizante tener que soportar la mirada de Anthony, esperando poder recibir de ella una respuesta.
No le concedió en ningún momento aquel anhelo. Sus ojos siempre estuvieron fijos en los actores sobre el escenario, pero su corazón nunca dejó de agitarse como si se tratara de una situación de vida o muerte.

—¿Por qué nadie me advirtió de la presencia de Anthony Van Garrett en París? — reclamó una vez que ya iban de regreso a casa.

Lottie miró a Arthur esperando a que fuera él el quien diera la explicación.

—No lo sabíamos —respondió.

Lucille estaba dispuesta a hacer una discusión, pero los ojos suplicantes de su hermana la detuvieron. No fue hasta que llegaron y se quedaron solas en su habitación, que por fin  decidieron hablar.

—Es cierto que no sabíamos que estaba aquí. No sabemos ni cuándo llegó —confirmó.

—Tu esposo es un duque, ¿pretendes engañarme diciéndome que no habían advertido la presencia de un conde entre sus conocidos?

Lucille estaba teniendo un ataque de ira y Lottie tuvo que indicarle con ambas palmas de las manos que bajara el tono de su voz.

—Ya te dije que no lo sabíamos. Además, no estamos saliendo a cada reunión debido a mis malestares.

—Me estás mintiendo. 

—¿Qué motivos tendría yo para ocultarte esa información?

—¡No lo entiendes! No sabes nada —su llanto se descontroló —, yo, no esperaba volver a verlo jamás.

Lottie recordó todo el dolor que su hermana había experimentado desde que Anthony había desaparecido. Ella también estaba enojada. No quería que Lucille volviera a ceder ante los caprichos de aquel hombre y claro que usaría todos sus recursos para alejarla de él.

—Puedo investigar qué es lo que hace aquí, si tú quieres.

—Lo que quiero es hablar con él.

Aquella declaración la dejó confundida.

—¿Con qué objetivo?

—Tú sabes lo mucho que me costó tratar de olvidar lo que sucedió. Poco a poco creí que ya lo había dejado pasar…

—¿Y qué pasó?

—Lady Brigton me dijo la verdadera razón por la cual se fue. Y lo entiendo.

Lottie hizo una mueca. A veces su hermana caía en contradicciones que la ponían de mal humor. Al principio lloró hasta agotar el líquido de todo su cuerpo debido a su incertidumbre, después parecía por fin que había aceptado su condición y había disfrutado de sus distintas facetas como escritora, y ahora volvía a ese estado deambulatorio entre la ira y la tristeza.

—Y si es que lo entiendes entonces, ¿por qué no lo perdonas?

Aquella frase dejó fría a Lucille.
Lottie tenía un punto importante a su favor. Aquel primer encuentro tras tres años separados había sido demasiado para ella. Y después de toda la historia de vida que ahora conocía sobre él, Lucille admitió que debió ser más comprensiva y menos impulsiva. Pero aún sentía por dentro unas ganas enormes de reclamar y llegó a la conclusión de que en efecto, no lo había perdonado aún.

—Tienes razón. Pero no sé cómo hablar.

—Ignoro sus razones, pero si eso hizo que lo entendieras entonces debes ser congruente con lo que haces. ¿Intentó darte una explicación?

"Como sello sobre tu corazón" Onde histórias criam vida. Descubra agora