Capítulo 49 "Silencio en la Ópera"

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La resignación es algo que llega con el tiempo como una forma de inmunizar la mente ante el dolor. Se vuelve necesaria cuando las opciones dejan de existir y termina por alimentarse de ideas repetitivas. Ya no se espera ni se busca nada. Ya no se siente estar vivo, solo es como un hilo tirando de cada músculo del cuerpo para conducirlo a donde tiene que estar.
Para Lucille, la resignación llegó una tarde de otoño, abandonando por completo la lucha por buscar respuestas y resistiendo con valentía el dolor de aceptar que ya todo había pasado y no había forma de cambiarlo.
En un mes tenía previsto viajar a Lyon para tomar las clases de literatura con Moreau y después de ello, Anne la había invitado a pasar el invierno en Escocia.

Todo ello prometía esparcimiento y nuevas oportunidades para encontrar un rumbo que la sacara de la prisión que ahora representaba Londres, ya que había estado meses recorriendo los mismos sitios donde había coincidido con Anthony. Soportando en su mente todos los detalles que de manera muy sutil lo habían delatado desde entonces.
En realidad siempre había sido un hombre solitario y, de alguna forma, se sintió un poco satisfecha de saber que había logrado que se cuestionara sus acciones.

Estaba ajustando una maleta de ropa ese día, cuando la llegada de una carta dio un giro inesperado. 

—¡Lady Brigton! ¡Lady Brigton! —gritó Lucille mientras caminaba entusiasmada hasta la habitación de la anciana.

En cuanto entró y ella la vió, se talló los ojos e hizo un esfuerzo por mantenerse serena ante los gritos.

—¿Qué sucede? —preguntó irritada.

—¡Lottie está embarazada!

La noticia hizo que saltara de la cama. Últimamente se sentía más cansada y hasta en las tardes se la pasaba recostada.

—Le dije a Madeleine que este año la duquesa encargaría a su heredero y ahora tendrá que pagarme la apuesta que le hice —contó.

Lucille sonrió.

—Ella y su excelencia nos invitan a pasar unos meses en París con ellos, ¿Le agrada la idea?

—No. Estoy enferma y prefiero no viajar por el momento.

—Yo sí quiero ir.

—Lo necesitas. Y entenderé si quieres estar allá hasta que tu hermana tenga a su bebé.

Lady Brigton sabía que Lucille necesitaba distracción. Su sensible estado de ánimo se había visto perjudicado desde que supo la razón por la cual Anthony había decidido alejarse. Y aunque de pronto sonreía, la tristeza de sus ojos seguía impregnada en ella.

—Ya había echo planes para ir a Lyon y Escocia —mencionó.

—Tu hermana no te perdonará si no vas a verla. Es importante que alguien la apoye en los primeros meses —advirtió con severidad. 

—Voy a tener que escribirle a Moreau y a Anne —dijo sintiendo un poco de pesar pero convencida de que no podía dejar sola a su hermana. —¡Por dios, un bebé! —exclamó con alegría mientras apretaba el papel contra su pecho —. ¿Cómo será? ¿Cree que sea como lord James?

—¡Qué preguntas haces!

—En fin, considero que va a salir precioso.

Lucille cambió sus planes y en una semana estaba ya bajo una diligencia que la conduciría a la residencia de los duques en París. Lady Brigton le mandó un obsequio para ambos de parte de ella, junto con el primer ropaje que aún conservaba de su hijo mayor, que era una prenda delicada en perfectas condiciones.
Sabía que tanto Lottie como Arthur lo apreciarían.

Los días en París eran mucho más ajetreados que en Londres y la nobleza un tanto más libertina. Sin duda que aquel ambiente no le iba bien a los duques, y Lucille estaba casi segura de que no permanecerían ahí durante todo el embarazo de su hermana. Lo más probable es que regresaran a Inglaterra, o en su defecto, a Mauvezin.
Cuando por fin llegó y pudo ver a Lottie, Lucille no lo pudo creer.
Su hermana estaba radiante, como un sol, aunque un poco más embarnecida de las mejillas pero seguía conservando la chispa y la travesura en su mirada. Su cabello estaba más largo y había blanqueado solo un poco su piel debido a que ya no salía a pasear a campo abierto. Sus responsabilidades ya no abarcaban cultivar jardines y ahora era bastante popular entre la aristocracia francesa a pesar de que no eran sitios que ella y su esposo gustaran visitar.

"Como sello sobre tu corazón" Where stories live. Discover now