Capítulo 15 "Ser alguien"

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Una tarde de fin de semana, Lady Brigton decidió ir a pasar unos días con el duque para ver su progreso. En cuanto pisó la casa de campo de Arthur, tuvo que reprimir una carcajada en cuando lo vio:  se veía mucho más atractivo con ese aire desarreglado que le daba estar en un ambiente tan diferente.
Y es que desde su última conversación ya habían pasado dos fructíferos meses, en los cuales por supuesto se había perdido del baile de cierre de temporada en la residencia de Van Garrett. Tanto él como ella, incluso Anne, habían sido los grandes ausentes de la noche.

Los siguientes dos días que permaneció ahí, pudo constatar que estaba leyendo toda la dotación de libros que había dispuesto para su instrucción. Hablaba más fluido pero aún le faltaba la suficiente oratoria para impresionar en la ciudad, aunque era muy destacable cómo había absorbido con maestría la cantidad de información útil sobre la contabilidad de sus recursos. Lo cierto era que tenía hábitos muy rigurosos. Eso le indicó que hasta cierto grado  ya había recibido estudios, pero lamentablemente no había podido aplicarlos.

Verlo y oírlo le produjo un sentimiento de cariño. Ese mismo que siente una madre cuando ve que su hijo más pequeño a aprendido a ir solo por ahí haciendo travesuras. Asimismo, notó que ya no preguntaba por Lucille. Al menos no de una forma desesperada como las primeras veces.

—Querido hijo, me siento orgullosa. Debo admitir que me costó mantener las suficientes esperanzas en usted.

Arthur sonrió y le lanzó un breve pestañeo.

—Desde mi nacimiento viví en el campo, mi lady. Ya estoy acostumbrado.

Lady Brigton dedicó unos segundos a observarlo.

—¿Le pasa algo?

—No entiendo por qué razón Thomas nunca habló de usted. 

—Es difícil tratar de adivinar lo que pasaba por su cabeza.

—A pesar de todo, usted es un hombre estudiado. ¿Fue a Oxford?

—No. Él trajo a este lugar a todas las personas necesarias para instruirme. Pero después de ello me convirtió en un sirviente.

—¿Y cómo fue que se enteró de que sería duque?

A esas alturas, Arthur ya había poco a poco derrumbado las murallas que le impedían hablar abiertamente de un tema tan doloroso. Y aunque no deseaba entrar en detalles, descubrió que quería contar aunque fuera solo un poco, sobre la carga que había estado llevando los últimos años.

—Hasta el último momento creí que nunca me reconocería. Pero días antes de que muriera ya se había asegurado de traer a un abogado, y Lydia una de las sirvientas, estuvo presente cuando firmó su testamento.

—Que detestable. 

—Esa noche dormí como el ayudante de cámara, y al día siguiente era yo el que estaba siendo vestido para el funeral del duque. Todo fue… repentino.

—¿Nunca antes había estado en un salón de baile, verdad?

Arthur negó con la cabeza.

—Llevo más de ocho meses tratando de acostumbrarme, pero no lo he logrado. Yo no sé cómo hablar ni cómo moverme, no sé cómo complacer a otros y tampoco sé cortejar mujeres.

La sonrisa resignada que se dibujó en su rostro, contagió a Lady Brigton. Ella estaba consciente de todas esas deficiencias desde el primer día que pudo hablar con él.

—¿Y por qué aceptó casarse?  Además de la evidente manipulación de Agatha.

—Eso es lo que todos esperan de mí.

"Como sello sobre tu corazón" Where stories live. Discover now