POR EL BIEN DE TODOS.

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Las personas se resguardaban del tifón.

Parecía que el cielo se había convertido en un segundo mar y la tierra un lugar de relámpagos que golpeaban contra las antenas de los edificios.

El viento golpeaba la ciudad con una fuerza abrumadora. Y poco a poco las personas que se encontraban en las calles habían entrado a su hogar o algún negocio.

Las calles se habían quedado solas al completo.

Y mientras las sirenas resonaban junto a la gran tormenta, las personas heridas de aquella calle por fin estaban dejando el lugar.

*¡Rumble!*

Relámpago tras relámpago.

*Rumble, Rumble*

La oscuridad de la habitación era iluminada solamente por los destellantes relámpagos a la lejanía.

Tan solo en su cabeza resonaban una y otra vez estos golpeteos estruendosos. Y cuando la oscuridad parecía dominar su vista, podía ver pequeños destellos de luz provenir de la mirada de Six.

Aun cuando los relámpagos parecían detenerse, el sonido de la lluvia precipitándose sobre aquel agujero en el techo hacia el cumulo de rocas a su costado llenaba sus tímpanos.

Poco a poco Izuku dejo a un lado el pomo de la puerta su cintura giro. Quedando de frente a la silueta de aquel hombre dentro de la oscuridad...

*¡Rumble!*

Ambos rostros se iluminaron y sus miradas se conectaron.

Los parpados de Izuku temblaban. Su pupila parecía contraía en diversos momentos. Su brazo sano que había bajado colocándose hacia su costado parecía no poder ocultar el temblor. Un temblor que Izuku sabía que no era por el frio, era por una especie de temor.

El sentía una presión dentro suya como si dos muros de concreto estuvieran acercándose uno al otro mientras sus pulmones estaban en medio de estos.

En su caso, el parecía estar transpirando como un cerdo.

La humedad que estaba en su ropa y el frio había desaparecido convirtiéndose en un calor sumamente abrasador.

Y como si la voz de un canciller resonase en el cuarto de cuatro muros, fue absoluta y devastadora la voz de aquel hombre.

―Midoriya Izuku.

Anunciando su nombre como una presentación, Izuku sintió un dolor ardiente en su pecho, hundiéndose cada vez más profundo en su interior.

Aun así, limito sus emociones a una convergencia como un recuerdo temprano.

Rápidamente, por el margen de su rostro sus arterias se comenzaban a marcar abultándose en su piel en un camino que formaba una serpiente.

―Tu eres... ―la voz de izuku parecía tensa y rechinante. Sus dientes chocaban unos con otros y su garganta parecía desgarrarse con cualquier gemido―... ¡All For One!

Cerro su puño izquierdo y mostro sus dientes hacia el hombre.

*¡Rumble!*

―Lo soy... no lo soy. Es claramente relativo en mi situación actual ―con esta respuesta en ristre, Six dio un paso hacia delante y un sonoro relámpago golpe en segundos el horizonte―. Pero sí, soy él.

Ambas pupilas de izuku no perdieron ni por un momento de su reflejo, el cuerpo de Six que se movía hacia un lado de la habitación, como si estuviera preparando un camino a la orilla de los muros.

Decay:KING OF VILLAINSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora