8:08 P.M.

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La mañana siguiente del jueves, Izuku despertó de golpe a las cinco, como si alguien le hubiera gritado en la oreja. Se quedo unos instantes tumbado, inmóvil, mientras la perspectiva de la vista disciplinaria llenaba cada diminuta partícula de su cerebro; luego, incapaz de soportarlo más, salto de la cama y se puso en marcha.

La noche anterior había dejado su uniforme al pie de la cama.

Aun era muy temprano para vestirse para le escuela, además tendría que darse un buen baño antes de ir.

Ya llevaba un tiempo que no se había levantando tan temprano por lo que decidió aprovechar el día así que entro al baño casi enseguida y ante los pasillos oscuros del departamento una delgada línea de luz iluminaba el suelo de madera. El cuarto de baño estaba entre abierto y la regadera resonaba en eco.

Mas tarde esa mañana despues de su baño Izuku había tomado su uniforme, finalmente cambiándose dejando de lado el saco.

El camino hacia la cocina pero antes de llegar miro hacia un lado justo a la puerta de la habitación de Miruko la cual había sido dejada abierta. Izuku echo un vistazo y encontró a Rumi tirada en la cama, con la boca muy abierta, profundamente dormida. Ni si quiera se movió cruzo el pasillo. Antes le preocupaba mucho el hacer algun tipo de ruido pero ahora entiende que por muchas orejas que esa mujer tenga, nada la despertaría a menos que fuera el sol del nuevo día.

Cuando Izuku cruzo el pasillo se dirigió a la cocina a través de la sala.

Por un momento se había imaginado que la encontraría vacía, pero cuando llego, Kamui Woods y Mt Lady estaban sentados en la pequeña mesa de madera al lado de la cocina como si estuvieran esperándolo.

Ambos estaban vestidos con ropa casual.

Izuku aun no estaba acostumbrado a ver el cabello de hojas rojas que portaba Kamui por lo cual siempre que lo veía informalmente tenia que guardarse las miradas profundas.

―¿Desayuno? ―dijo Kamui levantando una taza de café hacia Izuku.

―Buenos días, Midoriya ―lo saludo Yu con un bostezo. Esa mañana tenia un alboroto en su cabello rubio rizado―. ¿Dormiste bien?

―Si.

―Yo no he pegado ojo ―comento ella con otro bostezo que la hizo estremecerse―. Ven y siéntate.

Aparto una silla y permitió que Izuku se sentara.

Kamui se había puesto de pie dirigiéndose a la pequeña cocina encendiendo un luz que apenas iluminaba parte de la mesa del comedor.

―¿Qué te apetece comer, izuku? ―le pregunto Shinji―. ¿Pan de avena tostado? ¿Bollos de azúcar? ¿Huevos revueltos? ¿Tostadas?

―Pan de avena, gracias.

Yu miraba a Izuku y luego, dirigiéndose a Shinji, le dijo:

―¿Que decías de Kinoshita?

―¡Ha! Si, bueno, tendremos que ir con algo de cuidado. Ha estado haciéndonos preguntas raras a Rumi y a mi...

Izuku agradeció no estar en la conversación. Aun a pesar de darse ese baño estaba algo apesadumbrado. Shinji le puso delante de Izuku un par de panes de avena con un vaso de jugo. Izuku intento comer pero aún seguía siendo temprano y sentía el estómago revuelto.

Ya una hora desde que se había despertado con todo y el baño alcanzaron las 6 de la mañana.

―No parece que a Rumi le interese en lo más absoluto estas cosas ―dijo Yu.

Decay:KING OF VILLAINSWhere stories live. Discover now