Haciendo transmisiones de Dc en Marvel

185 El veneno de Poison Ivy las dudas de Harleen y el corazón de Harley.

*El punto de vista de Ivy*

La vida es complicada; un día estás cuidando tus plantas mientras planeas la aniquilación de la humanidad, y al siguiente, tienes que servir a un pedazo de mierda que piensa que es tu amo.

"Buenos días, Ivy", dijo el hombre frente a mí, con su agradable voz que parecía tener un hechizo en ella, con su media sonrisa que te hizo pensar que podía leer tus pensamientos, con sus ojos que parecían ver dentro de mi alma.

"Buenos días, Director Walker".

Este hombre es desagradable; desde que lo conocí, solo perdí. Cada vez que trato de oponerme a él, me aplasta. Supongo que mi única opción es fingir ser su sirviente hasta que se aburra de mí o encuentre la oportunidad de escapar.

Entrecerró los ojos al escuchar mi respuesta; mi cuerpo tembló. Lo odio.

"¿Oh? ¿Qué pasa con esta formalidad? Solo somos tú y yo, ¿verdad?" dijo en un tono más bajo, pero no amenazante.

"Ugh, tú eres mi jefe, y yo soy tu secretaria. No veo por qué deberíamos estar cerca".

"¿Es así?"

Mi cuerpo tembló. No, debo controlarme, o terminará como las otras veces. Por lo general, es un hombre de tres caras: ahí está su lado serio cuando está administrando la prisión, muy profesional en ese momento, sin bromas, sin juegos. Admito que en esos momentos, no me importa seguir sus órdenes.

Luego está su lado desagradable, el lado juguetón y espontáneo, como de la nada diciendo que pondrá a Freddy Kruger como guardia de la prisión. Honestamente, es como verlo cambiar de un adulto a un niño y viceversa.

"Ivy, ven aquí..."

Mi respiración aumentó; me agarré la falda mientras sentía un hormigueo desagradable en mi cuerpo.

No quiero... Esta es su tercera cara... tal vez haya más caras de él que no he visto, pero esta es la que más odio...

Pero mis piernas no me obedecieron, y fui a él. Sin que él me ordenara, me arrodillé. He hecho esto varias veces y me he acostumbrado.

Me tomó la barbilla y me hizo mirarlo; su cara era seria, pero había un indicio de dominio en ella.

"El trato es que eres mi lacayo, y como tal, deberías ser más educado y no poner veneno mortal en mi café".

Ugh...

Pensé que había hecho un buen trabajo disfrazando mi veneno, pero se dio cuenta...

No quería abrir los labios, pero lo hice. "Lo siento, maestro~"

¡No! Mi voz sonaba extraña diciendo esas palabras. Mi cuerpo está caliente, mi corazón late fuerte. Me mira con desprecio, pero no me siento despreciado. Es un placer perverso sentir que le pertenezco sin ser un objeto.

¡Maldita sea! Maldije el día que lo conocí.

No tengo otra opción.

Extendí mi mano hasta sus pantalones para abrirlos... una vez más, tendré que actuar como una perra, una vez más, tendré que ser una pervertida. Mi corazón va a explotar, ese cabrón debe pagar por esto.

"¿Qué estás haciendo?"

Mis manos se congelaron y miré hacia arriba confundida. ¿No se suponía que debía ser castigada?

"Yo... pero... ¿hm??"

Estaba confundida. Aunque este tipo es un pervertido, no siempre se burla de mí actuando como un pervertido. Supongo que ese no fue el caso...