Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).

One shot Malec.

Esta es una pequeña historia/anécdota años antes de que Sophie llegase a las vidas de Magnus y Alec. ¡Disfrútenla!
Alec y Magnus dormían pacíficamente. El primero enroscado entre las sábanas, y el segundo con una mano estirada protectoramente sobre su pareja, y con Presidente Miau recostado en su pecho.
Los golpes incesantes en la puerta hicieron remover al brujo.
-Alec... Mmm...-gruño, mientras movía su mano por la cara de su novio, con los ojos cerrados-Alexander, ve a ver quién es.
Alec apartó de su rostro la mano de Magnus y se levanto, con un ojo cerrado y otro abierto, camino a tientas hacía la puerta.
En otras circunstancias, Alexander jamás habría atendido al visitante, no en las condiciones que se encontraba. Pero con su mente obnubilada como estaba, no reparo en su aspecto, y abrió la puerta.
Robert Lightwood lo miraba con una mezcla de asombro y enfado desde fuera.
-¡Alexander! ¡¿Se puede saber qué haces aquí?!
Si antes estaba dormido, el sueño se había esfumado con la visión de su padre. El terror lo congelo por completo. Una pequeña voz en su mente le dijo -Alec, tu padre está en Idris, no sabe que prácticamente vives con Magnus...
-Em... Yo...
-¡¿Por qué no traes ropa puesta?!
Alec bajo la vista hacía sí mismo horrorizado. Solo llevaba un par de bóxers negros y una media, el resto de su cuerpo estaba al descubierto.
Rojo como un tomate y presa del pánico, cerró la puerta, en las narices de Robert.
Corrió inconscientemente hacia la cama y comenzó a sacudir a Magnus.
-¿Qué pasa panquesito?-dijo el brujo molesto.
-Mi... Padre... Afuera... Matarme-murmuró.
Magnus hizo acopio de todo el razonamiento que podía utilizar en ese momento y se levanto.
-Ya lo soluciono-y chasque sus dedos, haciendo aparecer una bata de seda azul cubriendo su cuerpo, antes de caminar fuera de su habitación.
-¡No, Magnus! ¡No me dejes solo!-grito, pero Magnus ya había salido al encuentro con el padre de su novio.
El nephilim, que había perdido momentáneamente su valentía,  se mordió las uñas por lo que le pareció una eternidad, y estaba a punto de acercarse a ver qué sucedía, cuando finalmente apareció Magnus. Tenía una sonrisa triunfante en el rostro.
-¿Qué sucedió?-Interrogó el ojiazul.
-Tu padre me pregunto qué hacías medio desnudo y le dije que dormías, luego me pregunto si traía ropa debajo de la bata y le dije que por supuesto que no. Razonó unos tres segundos y me intento golpear por dormir desnudó con su pequeño hijo.
-¿Intento?
-Es gracioso- algo en el rostro de Magnus advirtió a Alec que en realidad no lo era-ya sabes, tuve un reflejo de su intento de ataque.
-¿y detuviste su puño?-Inquirió.
-En realidad fue algo así como un reflejo mágico...
-¡Por el ángel! ¿Qué le hiciste?
-Bueno, sin querer, sin intención alguna, juro que no fue porque me ha despertado e intentado golpear, lo he convertido en piedra.
-¿En piedra?-repitió horrorizado Alec.
-En una estatua, pero piensa positivo. Es una linda decoración en la entrada del loft, hasta combina con las flores...
-Oh, Raziel.