Hay una mujer en mi sopa. (Parte dos).

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—No veo porque te enfadas tanto, garbancito.
—Cymba.
—Deja de repetir su nombre. Ya te dije que no es una pariente real, solo una amiga de años.
—¿Por qué no me avisaste?—Protestó el nephilim poniéndose de pie. Se había sentado en la cama para oír explicaciones de parte de su marido.
—Pensé que no era de vital importancia—contestó el brujo de manera relajada.
—¿Y qué haremos con ella?
—Alexander, no te dije que la adoptemos. Solo se quedara unos días. ¿Puedes soportarlo?
—No.
—¿Por mí?—inquirió Magnus acercándose para depositar un beso en sus labios.
Alec se alejó.
—Lo haré, por ti. Pero ahora no tengo ganas de verte.
———
Fue una larga y dura semana.
Y no tenía que ver con qué lugar del loft que pisase se cruzaba con Cymba que coqueteaba con él de forma descarada, ni con que le estuviese negando los placeres del amor a Magnus. Fue una larga y dura semana en el Instituto, revolucionado por ataques en el instituto de Buenos Aires.
Habían viajado hasta allí, ellos que poseían gran experiencia en combate, a ayudar en la resolución del problema.
Un grupo de locos, porque no podía llamárselos de otro modo, todos submundos habían intentado retomar los planes de Sebastian. Como era de esperar fallaron. Tontos ellos de seguir un plan que nunca había conseguido triunfar.
Lo que más le pesaba a Alexander era el recuerdo que este combate le había traído, los recuerdos de Sebastian y lo que este acarreaba.
El recuerdo de Max era el único capaz de tocarle la fibra hasta lo más profundo, y sabía que así mismo se sentían Isabelle y Jace, por lo que decidió invitarlos a Takis a beber algo. Quería contarles de Cymba, hablar de Gideon, hacer cualquier cosa con sus hermanos que lo distrajera.
Fue así como una charla casual, derivó como nunca podían evitar en temas de seriedad.
—Hoy ha llamado nuestra madre—comentó Isabelle.
—¿Y qué te dijo?—Pregunto Jace que bebía su café como si su vida dependiese de ello, y observaba de tanto en tanto su celular aguardando mensajes de su esposa.
—Robert está enfermo, creo que tendremos que ir a Idris. Solos.
Solos.
Entonces, no era nada sencillo.
Hola, ¿qué tal? Les quería comentar que esta historia ya llega a su final, ¿qué opinan de eso? ;) Les agradezco por leer y comenten que saben que me gusta leerlos. Besos.

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Where stories live. Discover now