Cuidado.

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Sophie y Elizabeth repartían patadas la una a la otra en la sala de entrenamiento. Si bien Sophie, como bruja, no tenía reales motivos para estar ahí, le gustaba entrenar con su prima. Al fin y al cabo, vivía en una familia de Cazadores de Sombras, y no es como si estar entrenada pudiera perjudicarla de algún modo.
Al otro lado de la sala, observando los ágiles movimientos de Lizz y las rápidas estrategias de Sophie, se encontraban los hermanos Lightwood. Isabelle y Alec.
—Si ambas fueran Nephilim, hasta podrían ser parabatai—murmuró Isabelle a su hermano.
—Quizás—reconoció Alec—Aunque creo que Elizabeth está meditando el pedírselo a Max.
—¡Por el ángel! ¿En serio?—Isabelle parecía más escandalizada porque su hermano lo supiera y ella no, que por la supuesta decisión de su hija.
—Tranquila, no me lo ha dicho—contesto su hermano, alzando las palmas abiertas, de las manos, hacía ella—Solo soy perceptivo.
—Pensaba que Max sería el parabatai de Gideon...
—¿Nuestro pequeño Herondale va a ser acosado por los niños Lewis Lightwood?—Inquirió, sonriendo a su hermana.
—No, Gideon es algo obstinado. Supongo que luchará solo. Ya sabes, tiene mi personalidad, aunque se parezca como un retrato a ti. Bueno, en realidad tiene el cabello y los ojos de mamá al igual que tú...
—¿Y no se parece en nada a Simon? Ya sabía yo que él no era el padre—bromeó el ojiazul.
Isabelle lo golpeó con fuerza en el hombro.
—Es dulce, inteligente, honorable...
—Repito, Simon Lewis no es el padre.
—Estas demasiado con Magnus, te pego la estupidez.
Alec miró de soslayo a su hija, que al parecer había escuchado, y desde lejos le sacaba la lengua a su tía, divertida.
El nephilim le tiro un beso y Isabelle dirigió la mirada también hacia dónde su hermano miraba.
Sophie ya no les prestaba atención, estaba ocupada observando a su prima arrojar cuchillos.
—Baboso—dijo Iz, riendo.
Alec rodó los ojos.
—No soy el único—contesto, y como para corroborar sus palabras, apareció en la sala corriendo, un Jace despeinado, cargando en hombros a su hijo.
—Quien diría que los Lightwoods acabaríamos arrastrándonos ante pequeñas personitas—murmuró con dulzura Isabelle.
Jace se detuvo ante su parabatai y grito.
—Maxiee! Muéstrale a los tíos lo que aprendiste a hacer.
—Mamá dijo que es peligroso—susurro no muy convencido.
Sophie y Lizz se acababan de acercar, y miraban al tío Jace como si fuese un loco recién salido de un internado.
—No hagas nada que te de miedo, Maxie—dijo con dulzura Alexander.
—Oh, no me da miedo tío.
Y luego de decir eso, se arrojó hacia atrás, de los hombros de su padre en que estaba sentado y dio una voltereta en el aire, antes de caer perfectamente recto sobre sus pies.
Jace parecía a punto de llorar de alegría o gritar, en lugar de eso empezó a cantar.
—Maxiee es perfecto, Maxiee talentoso, Maxiee al rescate, nos salvará a todooos. 
—Yo podría hacer eso con un ojo cerrado—chisto Lizz.
Isabelle la rodeó con sus brazos.
—Claro que si, mi muñequita hermosa.
—Mamá me estás ahogando...—Elizabeth estaba oculta por la melena negra de su madre, y en el instante que soltó esas palabras se arrepintió.
Jace se arrojó sobre ellas con los brazos extendidos, y arrastrando, tomado de una mano, a su parabatai con él.
—¡Montaña familiar!—Grito Max, y se sentó en la cabeza de su padre. Sophie, siempre tranquila, se limitó a abrazar de una esquina a su papá.
Isabelle borboteaba palabras desde debajo de sus hermanos.
—Suéltenme... Criaturas... Monstruosas.
Y antes de que pudiera  sacar su látigo, todos deshicieron con rapidez el abrazo.
—Te amamos Iz—dijo Jace, sentándose en el suelo, lejos de su hermana por las dudas.
Sophie corrió a sentarse al lado de su tío.
—Papaíto nos va a llevar a papi y a mí a Francia—le comentó al rubio.
—No es justo,viven de vacaciones—La voz de Jace era dulce.
—La única que se puede quejar aquí soy yo—Isabelle miraba de Alec a Jace—. Los dos tienen parejas que crean portales y nunca me llevan a ningún lado.
—Te pasa por casarte con Simón—murmuró Alec.
—Que es algo... Muy, demasiado... Inútil—Lizz le pego a su tío en la cabeza.
—No te metas con mi papá—la pequeña niña lo miro con sus ojos negros, los de Isabelle, echando chispas.
El collar de rubí destacaba en la curva de su cuello.
El largo cabello castaño, del tono del de Simon, suelto como una cortina rodeándola.
Casi una perfecta versión de su madre de niña.
Y en un instante, el cuchillo Serafín que llevaba colgando del cinturón de armas, pareció cobrar vida y con un limpio movimiento acabo en su mano.
Lo dirigió hacia Jace.
—¿Qué decías de mi padre?—su expresión era sería.
Tanto Lightwood's como Herondale's miraron la escena con ojos abiertos de par en par.
—Tú papá es el mejor amigo de la tía Clary, y es genial, hermoso, perfecto—le dijo Jace, claramente descolocado y sorprendido.
—Genial—dijo la pequeña niña y volvió a guardar el cuchillo riendo—.No sé si ser Nephilim, o si ser actriz.
Isabelle comenzó a aplaudir y volvió a abrazarla. Sophie no parecía sorprendida y Max se reía en la cara de su padre.
Jace la miró aún descolocado, y en su actitud más infantil le quitó la lengua.

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Where stories live. Discover now