Cumpleaños número 24.

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—¡Isabelle! Vamos, no te quedes ahí mirando. Si no fuese por Alec...
Él nephilim sonrió desde una esquina, provocando un gruñido de parte de su hermana.
—Alexander solo ayuda porque es el cumpleaños de su parabatai.
—Si necesitas una excusa, es el cumpleaños de tu hermano—Dijo Clary, tomándola de la mano para que se incorpore.
—Tranquila, panzona. Todo saldrá bien.
Las hormonas de su cuñada estaban notablemente alteradas desde el comienzo de su embarazo.
—Esto tiene que salir perfecto, no "bien". Debe ser un día especial. Quiero que Jace se sienta único.
—¡Pero si Jace siempre se siente único!—Exclamó Magnus, cruzando la puerta.
Traía entre sus brazos un enorme pastel decorado con pequeños patos.
—¡Magnus!—Gritó Alec al verlo.
—Oh, por el ángel. Solo espero que Simón no haya arruinado nada—Susurró la pelirroja.
—Mi marido sabe lo que hace— Isabelle ahora, en un intento por ser útil, colgaba algunos globos.
Alec, suspirando como si hubiese perdido la cabeza, preparaba sándwiches de modo monótono.
Está bien, repasemos—Clary acarició su  panza de cinco meses mientras tomaba asiento— Alec ¿tú le compraste un libro?
—Claro, un maravilloso ejemplar de poesía.
—Y tú Magnus, ¿un espejo de plata?
—Y una tintura rubio ceniza para que pueda darle uso al espejo...
—Ay Raziel. Izzy, ¿qué compraste tú?
—Traje un cuchillo Serafín y los globos. Gideon le ha hecho un dibujo y Simon, ya sabes que ha ido por su regalo. ¿Tú Clary?
—Bueno, el coche que le dimos hace una semana. Todos lo saben, ahora que tendremos un hijo no podemos vivir de portales. He hecho este cuadro de nosotros dos— asomó de una gran bolsa color madera un lienzo en que se veía al matrimonio unos meses antes. Había copiado una fotografía que Robert les había tomado—. También he preparado brownies y cosas...
Magnus soltó una carcajada.
—Cosas de adultos.
Cuando la pelirroja comenzaba a tornarse del color de su cabello, Simón entro de golpe.
—Shelley—Magnus le llamó— ¿Conseguiste las cosas que faltaban?
—En realidad...
Jace entró sin notar la decoración, con cuchillo Serafín en mano y el rostro desencajado.
—¡Simón Lewis acabas de chocar mi auto! Voy a matarte y a destrozar el tuyo.
—¡Pero te he comprado un estéreo para que coloques!
Y el nephilim comenzó a correr entre globos y regalos.

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Where stories live. Discover now