Jace Pov's:
Despertó gracias a una corriente de aire rozando su cara, y a medida que se fue enderezando y abriendo los ojos, descubrió que la corriente de aire era provocada por su siempre tan atento parabatai que lo estaba abanicando.
— Alec, ¿Y Clary?
Alexander sonrió, y Jace pudo sentir como todo su cuerpo se relajaba automáticamente.
Clary estaba bien.
— ¿Ya nació, Alec?
— Si, acaba de nacer. Gracias al ángel despertaste. Clary esta con Magnus e Isabelle.
Y Jace no lo dejo decir más. Se puso en pie de un saltó y corrió al encuentro con su amada.
Clary Pov's:
Clary sostenía con fuerza la mano de Magnus. Magnus que la conocía desde pequeña, que siempre había estado, de una u otra manera, para ella.
El momento de dolor al fin había terminado, y había dejado en su lugar un profundo cansancio.
—¿Y mi marido? — preguntó con voz suave al brujo, que sostenía a la pequeña recién nacida con su brazo izquierdo.
—Lo esta cuidando Alec.
—Es el segundo nacimiento que se pierde — comentó la de cabellos rojos con una risita.
— Sin contar los nacimientos de sus sobrinos.
—Claro, sin contar cuando Simón y él se desmayaron al descubrir que Izzy tendría a Gideon.
—Bueno, se llevará una gran sorpresa cuando despierte y descubra el nombre que le has puesto a vuestra hija.
—Supongo que también le sorprenderá el saber que ahora realmente no quiero el divorcio. ¿Me darías a mi niña, Magnus?
Y Magnus le tendió a la pequeña niña en brazos.
Casi sonrío internamente al ver que en el hombro de la niña, al igual que en el de todos y cada uno de los Herondale, descansaba la marca de una estrella. La marca de "Los que han tenido contacto con los ángeles".
—Debería avisarle a Simón que diga a Max que uno de los amores más grandes que experimentara en su vida ha llegado.
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Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).
FanfictionPequeñas historias, ubicadas después de Ciudad del fuego celestial. ¡Conoce a los hijos de Malec, Clace y Sissy! Cinco primos que se aman y disfrutan de pequeñas aventuras juntos (a costa de la cordura de sus padres), sin recuerdos de lo que un día...