¡Looketes!-Parte 1.

2.9K 180 9
                                    

—¡Ahora los ojos de Papi!
Magnus entró en la sala, interrumpiendo a un muy emocionado Alexander jugando con su pequeña hija.
—Deja a Sophie tranquila, Garbancito.
Sophie sonrío a su Papaíto y pestañeo exageradamente para mostrarle unos ojos de gato de un celeste brillante.
—Admito que tienes talento, pero me da algo de miedo estos cambios estéticos.
Alexander carraspeó.
—¿Al Gran Brujo Magnus Bane le da miedo que su hija se vea fabulosa?
—Si, me da miedo. Si sigue así alguien nos la robara, Alexander. ¿Por qué no ha salido a ti?
—¡Qué alentador!—exclamó el Nephilim—Yo podría arreglarme si quisiese...
—Confió en que podrías hacerlo, pero mejor no. No quiero que otros te miren.
—¿O crees que no soy capaz de hacerlo?
Sophie miraba la conversación como si de un partido de pin-pón se tratase.
Por alguna razón, que no podía entender, su padre parecía enojado y su papaíto algo incómodo. Como temiendo lo que pudiese decir a continuación.
<<¿Habrán cambiado de personalidad?>> Pensó. Siempre podía tratarse de un hechizo de Magnus.
—¿Sabes qué, Garbancito?—dijo finalmente el brujo—En realidad no creo que seas capaz de usar otra cosa que no sean suéteres oscuros. Hay algo denominado timidez que te impide ponerte cualquier prenda con estilo.
—¿Quieres apostar?
—Si vamos a apostar entonces quiero poner como condición que no podrás recibir ayuda de ningún tipo de Isabelle ni de Isabelle Junior, ósea Elizabeth.
Sophie sonrío ligeramente, alguien se había olvidado de ella...
Al parecer su padre también lo noto, porque hablo con tono relajado.
—¿Cuánto tiempo tengo?
—Te quiero deslumbrante a las 9:00 pm, en el loft.
—Pero si cumplo, tendrás que tomar la sopa de Isabelle.
Magnus arrugo la nariz al imaginarse bebiendo ese brebaje de orígenes desconocidos, pero jamás había renunciado a una apuesta y esta no sería la primera vez.
—Y si no lo logras, y yo tengo razón (como siempre), accederás a que tomemos esas merecidas vacaciones en Brasil.
Ahora Sophie, quien aún era ignorada por sus encantadores padres, dudo si en realidad debía ponerse de parte de su padre. Quería, al igual que su papaíto ir a Brasil, pero ciertamente nada podría compararse a ver al brujo consumiendo algo que cocinase su tía.
Tranquilamente podría hipnotizarlo para que ingiriese la sopa, pero no se acercaba ni de lejos a verlo cometiendo tal valentía por decisión propia.
——
—¡Vamos Sophie! ¡Ya son las seis y aún no hemos elegido nada!
—Cuando se trata de compras el tiempo es relativo, Pa. Relájate.
—¿Qué? ¿No podemos solo buscar algo con un poco de brillos para que me ponga frente a tu padre y así ganar la apuesta?
—Papi, no va a ser tan fácil. Papaíto no va a dejarte ganar tan fácilmente. Seguro te pedirá que salgas a la calle y camines algunos metros con tu atuendo. Tenemos que encontrar algo fabuloso y que no haga que te desmayes del terror simplemente con la idea de utilizarlo en público. 
—Esta bien, hija. Pongo mi reputación en tus manos.

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Where stories live. Discover now