Una propuesta esperada-Malec.

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Llegamos a los 21k! Muchas Gracias a tod@s, los quiero mucho.
Al igual que el anterior capítulo este es anterior al nacimiento de cada uno de los niños, pero es un tema sobre el que hace mucho quería escribir y supongo que ustedes desean leer.

Magnus palpó el lugar vacío a su lado en la cama. Alec no estaba.
En su lugar una nota descansaba delicadamente sobre la sabana.

"Buen día mi amor

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"Buen día mi amor. Hoy es un día especial... Pero no pienso adelantarte nada. Simplemente debes recoger esta y muchas otras notas que te llevarán hasta donde me encuentro. Cada una tendrá una pista, que si logras descifrar demostrará que estoy en lo cierto en cuanto a lo que te amo. No frunzas el ceño". Magnus soltó una carcajada al descubrir lo evidente que era para su novio. "Sé que te gusta ser tú quien de sorpresas y no el sorprendido, pero te aseguro que está te gustara.
Primera pista: cosa que me desagrada del loft".
Esa era fácil, se dijo, mientras se incorporaba de la cama y se vestía con rapidez.
La única cosa que Alec detestaba, y él no había cambiado por simple capricho era un almohadón color amarillo que se encontraba en el respaldo de uno de sus sillones. Había sido un regalo de uno de sus amantes, aunque no recordaba muy bien cuál.
Era delicado, y de una tela nunca antes vista, a pesar de su color horroroso.
Lo busco con la mirada y tal cual sospechaba, estaba en el comedor.
Lo tomo entre sus manos y lo inspeccionó. Nada por aquí, nada por allá. Intentó debajo de la funda... ¡Eureka! Una nueva nota se encontraba entre sus manos.
"Lo lograste. Te felicito. Si, estoy escribiendo con rosado, pero fue la pluma que encontré más cerca. A demás se ve fabuloso, como a ti te gusta.
Segunda pista, un poco más difícil: lo que almorzamos en nuestra tercera cita".
¿Qué habían almorzado?
Estaba seguro que en la primera había sido pasta. No recordaba la segunda. Y ¿la tercera?
Trajo a su mente el recuerdo. Alec vestía un suéter marrón horrendo y se quejaba. ¿De qué? ¡Claro! Habían almorzado sopa y Alec no paraba de compararla con la horrenda sopa de su hermana.
Corrió al refrigerador en busca de algún plato, o la misma nota.
Nada.
¿Y la alacena?
No parecía contener tampoco ninguna carta de su amado, hasta que se le ocurrió tomar el tazón en que este solía comer. Ahí estaba.
"Por el ángel. Que hombre tan astuto. Lo has conseguido.
Para la siguiente pista tendrás que salir. Ponte un saco o algo abrigado.
Pista número tres: Tienda mundana que amo".
Esto se estaba volviendo muy entretenido. Tomo un saco cualquiera con rapidez, nada propio de él, y se transportó hasta las calles de Brooklyn.
Sabía de qué hablaba Alec. La librería "Lago Azul", perfecta para coleccionistas. Entró en esta y se preguntó dónde habría ocultado la siguiente nota su nephilim.
Se atrevió a preguntarle a él hombre tras el mostrador si alguien había dejado algo para él, a lo que este contesto que no, observándolo como si estuviese loco.
Tiene que ser algo que le guste mucho, se dijo.
Poemas.
Había dos opciones, Wilde o Baudelaire. Probó ojeando libro por libro del primero. Nada.
Pero al revisar la colección de poemas del segundo, encontró un pequeño papel doblado entre las hojas de "Las flores del mal".
Salió de la librería intentando no llamar mas la atención.
Seguramente Alec había colocado la nota hace poco, para verificarse que nadie la tomase. Puede que estuviese cerca, observándolo.
"¿Sabes cuánto te amo? Probablemente no, ni nunca puedas saberlo. Pero debes conformarte con lo poco que logró describir sobre cómo me haces sentir".
Magnus se imaginó el estado de pudor con que Alec había escrito esa frase. Eso lo hacía más hermoso.
"Cuarta pista: sitio de nuestro segundo beso".
Estaba cerca. Central Park.
Camino hasta allí, ya que le pareció exagerado crear un portal por solo algunos metros.
Su segundo beso, ¿cómo podría olvidarlo? Estaba seguro hasta de bajo que árbol había sido.
No se equivocaba, en el troncó de este un nuevo papel, pegado, lo esperaba.
"No hay respuesta que no sepas o detalle que olvides. Y eso me demuestra que está relación es tan importante para ti como para mí.
Quinta pista: Lugar del loft donde nos contamos nuestros sueños, miedos, lloramos juntos, nos amamos..."
No había un lugar, eso lo hacían en toda la casa. Bueno, quizá lo último no. De todas formas sabía a qué lugar Alec se refería. Su habitación. Esa habitación en constante cambio de colores y decoración.
Se apresuró para llegar a esta. Quizás Alec ya estaba esperándolo.
Abrió la puerta del loft con algo de duda. ¿Alguien gritaría sorpresa? No. No había nadie. Camino hasta su habitación ansioso. Y el corazón le dio un vuelco como nunca antes le había sucedido en su vida.
—Oh, Alexander—susurro a la nada.
Todas y cada una de las paredes se encontraban cubiertas de recuerdos. Miles y miles de fotografías de ellos juntos, con su familia, de vacaciones... Se notaba que había pegado cada una a mano.
Contuvo las lágrimas que estaba a punto de derramar. Sobre la cama, ahora armada, había una nueva nota.

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Where stories live. Discover now