Pastel.

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—Te necesito.
—En diez estoy.
Ahí estaba, la dedicada tarea de tener un parabatai.
Alexander, que acompañado de Magnus acababa de dejar a su hija en el Instituto para pasar una tarde con sus abuelos,  miro a su marido con una sonrisa culposa.
—Jace me necesita.
El brujo rodó los ojos.
—Ve a rescatar a la damisela rubia—contesto sin discutir. Los años al lado de Alec le habían enseñado que en cuestiones de parabatai no podía meterse. Aun así lo reconfortaba la idea de que la situación era recíproca, y que sin importar que precisase su garbancito, Jace estaría ahí. Eso lo hacía querer un poco más a su molesto cuñado.
Alexander, dejó un pequeño beso en los labios de su compañero, y se alejó corriendo en busca de un taxi.
Alec.
—¡Jace! ¡Hermano!— estaba a punto de arrojar la puerta abajo cuando esta se abrió de golpe.
Con un delantal floreado, y Celine en sus brazos, apareció ante sí un Jace algo alterado.
—¡Alec, por el ángel! ¿Ibas a patear mi puerta?
—¡¿Dónde están los demonios?!—inquirió el ojiazul sin bajar la guardia. Puede que Jace estuviese protegiendo a su pequeña hija, aunque no se explicaba el delantal...
—¿Demonios? No, no sucede nada Alex. Ya cálmate.
—Me dijiste "te necesito"—Pronunció lentamente, y empujó un poco a su hermano para adentrarse en la casa e inspeccionarla con la mirada.
—Si, ya sé que dije—cerró la puerta de un golpe y camino a la cocina, esperando que su parabatai lo siguiese—Clary salió y necesito ayuda con los niños... Estoy haciendo un pastel.
Él ojiazul lo miró incrédulo. ¿Había corrido hasta ahí para ayudarlo con sus tareas caseras?
—¿CUÁNTAS VECES DEBO ACLARARTE QUÉ NO SOY TU PERRA?
—Lo sé, lo sé, ahora sostén a Celine—le tendió a la niña sin siquiera inmutarse.
—Iba a pasar la tarde con Magnus...—dijo, sosteniendo a su sobrina con fuerza, debido a la adrenalina que aún corría en sus venas a causa del miedo.
—Ahora pasaras la tarde conmigo.
—No deberías comportarte así.
—¿Me perdonas?
—No.
—Te daré pastel.
—Preferiría a Magnus.
—Puedes comer a Magnus más tarde.
—Jace, no sabes pedir disculpas.
—Pensé que te ibas a sonrojar un poco más. Ya no eres un tomate, solo una simple manzana.
Alec tomó asiento, al fin algo más tranquilo e intentó sacudir el enojo fuera de sí.
—¿En qué necesitas ayuda?—preguntó una vez lo hubiese perdonado.
—Tengo que decorar el pastel, Celine cumple seis meses.
—¿Por qué no lo hará Clary?
Jace frunció el ceño.
—Porque mencionó que yo no era capaz de hacer esa clase de cosas mundanas.
—No lo eres.
—Si lo soy. Tú me ayudarás y no le dirás a Clary que lo has hecho.
—¿Y me dejaras irme en paz?
—Si, pero júrame que lo mantendrás en secreto.
—Lo juro.
El rubio soltó una risita un poco fuera de lugar y luego, con gran alegría, exclamó: ¡Manos a la obra!

Magnus.
Lejos de la forma en que esperaba encontrar a su marido (cubierto de veneno demoniaco), Alexander apareció ante su puerta con granas de colores en el cabello y algo de dulce de leche en el cuello de su suéter.
—¿Una batalla ardua en una pastelería?
—Si, con la emocionada Monstruo de los dulces: Celine Herondale. Al parecer le resultó divertido embarrarme de pastel.
—¿Y a su padre?—pregunto Magnus, tendiéndole ropa limpia.
Alec se quitó el suéter y la remera con algo de asco.
—Puede que le haya divertido ver.
Estaba a punto de ponerse la ropa que Magnus le había dado, pero ya no estaba. ¿No la había apoyado en el sofá?
Miro al brujo con curiosidad.
—Estas más lindo sin nada, a demás tu cuello aún tiene dulce. No deberíamos desperdiciarlo...
—¿Cómo acostumbrarme a ti?—Susurro Alec, dejándose rodear por sus brazos.

Bellezas, les pido disculpas por tardar casi un mes en actualizar. Se me rompió la computadora y no tenía internet </3 El capítulo lo escribí del celular y lo subí desde la escuela, así que no pueden decir que soy mala con ustedes(?
Espero que les guste aunque sea cortito, los quiero y comentennn <3

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Where stories live. Discover now