Encantados.

4.6K 251 15
                                    


-¡Papi!-Alec sintió algo pesado caer sobre su pecho y abrió los ojos claramente exaltado.
Sophie acababa de entrar dando saltitos en el dormitorio que el nephilim compartía con su esposo, y se había sentado tranquilamente sobre el pecho de su padre. 
-He descubierto una nueva forma de utilizar mis poderes.
-¿En serio?-Alec comenzó a incorporarse, con cuidado de que su pequeña no se cayera.
De lejos se oía el ruido del grifo de la ducha al abrirse. Al parecer, Magnus se estaba bañando.
-¡Si!-La pequeña brujita hablaba con notable emoción, abriendo mucho los ojos-. Es algo FAN-TA-BÚ-LO-SO, como diría la tía Iz.
Alec sonrió dulcemente y la inspeccionó con sus curiosos ojos azules. Eran del mismo tono que los de Sophie, aunque el nephilim sospechaba que la niña se los dejaba de ese color para que entre ellos hubiese un notable parecido.
-¿Y qué lograste hacer ahora?-pregunto finalmente.
-Bueno,em, ya sabes que puedo hacer aparecer ciertas cosas como papaíto, que puedo cambiar mis ojos de color... Pero hoy, jugando con Presidente Miau, descubrí que eso tiene una utilidad-sus manitos tomaron el rostro de su padre y lo miro con picardía-.Puedo demostrártelo con papaíto.
-¿Es algo malo?-Alec la observo con ternura, pero inquisitivo.
-¡No! Aunque creo que podría utilizarse mal... ¿Hay algo que siempre hayas querido ver hacer a papaíto?
El ojiazul comenzó a sospechar de que se trataba.
-Nunca lo vi bailar hip-hop mientas canta en Gales-dijo con fingida inocencia, conteniendo una risa.
-Pues ya lo verás-y en ese momento Magnus salió del cuarto de baño, envuelto en una bata de seda verde y con pantalones de yoga color crema.
-¿De qué hablan?- pregunto, mientras se recostaba con ellos en la cama.
-Papaíto, mírame.
Y Magnus obedeció. Los ojos de la niña comenzaron a fundirse, como agua al echársele una gota de pintura, y se volvieron de un rosa pálido.
-¿Magnus?-Alec corría la mirada de uno al otro, claramente fascinado. Los amores de su vida.
¿Qué una hija hechizara a su padre, contaba cómo tiempo en familia?-pensó- ¿Era una actividad recreativa?
De repente, el brujo se levanto de la cama y Sophie salió de encima de su padre y se sentó con las piernas cruzadas, aguardando por el show.
Magnus se arrojó al piso y comenzó a dar torpes vueltas sin ninguna sincronización, mientras profería algo así como un cántico en un idioma desconocido.
Alexander comenzó a aplaudir a su hija, que se agarraba el estomago riendo a carcajadas.
-¡Lo has hipnotizado!-el rostro alegre del ojiazul se ensombreció de repente-. ¡Por el ángel! Nunca me hagas eso.
-¡Claro que no!-dijo con voz dulce la brujita-solo pienso hipnotizarte a ti y a papaíto para conseguir muchos abrazos.
-No necesitas hipnotizarnos para conseguir eso-contesto su padre abrazándola, y segundos después, liberado de la hipnosis, se les unió Magnus, rodeándolos con ambos brazos. 

Después de nosotros (Malec, Sissy, Clace).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora