9. Polizón.

3.5K 229 148
                                    

De acuerdo a lo establecido, tras una buena noche de descanso, partimos hacia Grecia a bordo de Wells, cargando todo el equipo que pudiéramos. Incluso Ian y Edward nos acompañaron, los íbamos a necesitar.

No teníamos idea de por dónde empezar a buscar, la leyenda que Drake nos había contado no era precisamente abundante en detalles, no teníamos fechas, ciudades, ni siquiera indicios sobre dónde empezar a buscar, así que íbamos a necesitar todas las mentes con las que pudiéramos contar para poder hacer nuestro trabajo.

Sin embargo, y a pesar de nuestra importante tarea, no podíamos descuidarnos, él mundo no se había detenido, y El Antiguo seguía ahí fuera, esperando en la oscuridad antes de hacer su entrada triunfal, de manera que Ian y Joel diseñaron un software que recogiera información de todo el mundo y nos avisara inmediatamente en caso de que algo fuera de lo ordinario sucediera, incluso nos iba a avisar si llegaba a verse a Kali o a cualquiera de sus compañeros en alguna parte del mundo.

El viaje hacia Grecia no fue muy largo, y lo más destacado de este fue ver como brillaban los ojos de Edward. Hacía tiempo que no salía de nuestra base para hacer "trabajo de campo", de manera que la posibilidad de ayudarnos le resultaba sumamente emocionante al padre de Jax, y ciertamente me hacía feliz saber que era así, después de todo, tal vez Gladiador no pudiera pelear, pero no por eso era menos guerrero que cualquiera de nosotros e iba a ser genial tenerlo nuevamente a nuestro lado.

Una vez que aterrizamos y tomamos posesión de una antigua base militar abandonada, nuestros dos genios, Joel e Ian, se dedicaron a interrogar a Drake, tratando de extraer alguna información extra que los ayudara descubrir donde se encontraba El Trueno de los Dioses.

Mientras tanto, el resto de nosotros nos dedicamos a bajar el equipo y a instalar el campamento.

No tardamos mucho en darnos cuenta de que nos encontrábamos en una de las viejas bases militares de Cíclope, incluso había algunos gastados y casi ilegibles posters con su rostro y frases escritas en griego.

–Justo lo que necesitábamos... –digo por lo bajo mientras observo uno de los poster, olvidando por un segundo lo pesado de los equipos que estoy llevando.

De repente, Amy pasa adelante y arranca el poster sin mayores problemas.

–Vamos, concéntrate, no voy a hacer todo el trabajo por ti –me espeta con una sonrisa algo atrevida, lo cual sólo logra hacerme sonreír.

Tras algunas horas de arduo trabajo, logramos bajar todas las cosas de la nave y poner todo en un relativo orden, y para indicar que todo estaba terminado, Damien activo el generador de la base, haciendo que la luz apareciera para iluminar todo el lugar y poniendo en funcionamiento toda la tecnología que habíamos traído e instalado durante toda la tarde.

No nos habíamos dado cuenta, pero con todo el trabajo se nos había ido casi todo un día, de manera que el sol ya empezaba a ocultarse. Sin embargo, el clima del lugar era bastante agradable: no hacía nada de frío, pero tampoco el calor estaba derritiéndonos, era una perfecta noche para quedarse fuera mirando las estrellas.

Con la sensación de satisfacción que nos provocaba el trabajo bien hecho, nos reunimos en uno de los edificios vacíos donde habíamos decidido instalar la mayor parte de nuestros equipos. Terriblemente cansados, caímos en las sillas metálicas y por algunas horas nos dedicamos a beber y a comer para recuperar energías, evidentemente nos esperaba una ardua búsqueda, y los próximos días no iban a ser nada fáciles.

Cuando hasta el último plato estuvo limpio de comida, y las botellas de cerveza vacías, todo tomó un tono un poco más serio. Por más bien que la estuviéramos pasando en ese momento, no debíamos olvidarnos la razón por la que estábamos ahí. Así que, de repente, Joel se levantó y empezó a hablar sobre el día que nos esperaba al despertar.

Mundo de héroes: Tiempos oscurosWhere stories live. Discover now