47. El Antiguo contraataca

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Una nueva explosión, esta vez más cercana al laboratorio, nos forzó a apartar la vista por un segundo de toda la destrucción que estaba ocurriendo allí.

Cuando logré recuperarme de la sacudida, miré a los compañeros que aún me acompañaban, que solo lograban expresar miedo en sus rostros.

–Tenemos que actuar rápido –dije, pero parecía que ellos no me estaban prestando la más mínima atención–. Amy, Alan, Elliot y yo, somos los más rápidos y ágiles, distraeremos a la gran masa de enemigos, mientras que el resto se encarga de poner al resto de la gente a salvo, ¿está bien?

Espere algunos segundos alguna reacción de mis amigos, pero nada, todos miraban embobados la continua destrucción a mis espaldas.

–¡Chicos! –exclamé, y esto pareció volverlos a la realidad– ¿Está bien?

La mayoría de ellos respondió asintiendo, y eso fue suficiente para mí. El grupo de Vigilantes se separó y yo me acerqué un poco a Elliot para hacerle un pedido.

–Voy a necesitar que nos traigas nuestro equipo, antes de que nos pongamos en acción.

–¿Trajes y todo? –preguntó él, el miedo había dejado lugar a la determinación.

–Solo las armas, apúrate.

Sin decir más nada, el velocista desapareció, mientras que el resto seguía avanzando, y al cabo de unos segundos nos trajo mi carcaj lleno y mi arco, la pistola de Amy y unas dagas para Alan.

–La misión básicamente es no morir, ¿verdad? –preguntó Phase, pero al no recibir respuesta se encogió de hombros– Voy a tomar ese silencio como un sí.

–Me adelantaré y llamaré la atención de los enemigos hacia la plaza principal, así los demás pueden escabullirse por calles secundarias –anunció Celerity, pero ni siquiera llegue a responderle asintiendo con la cabeza antes de que volviera a desaparecer de mi vista.

La aldea que habíamos logrado construir con un tremendo esfuerzo en los meses pasados ahora se encontraba casi totalmente destruida, desde donde estábamos incluso pudimos ver como la capilla que había servido de cuartel general se desplomaba tras una explosión.

Apurando el paso, logramos llegar al límite de la ciudad, y cubrirnos contra algunas casas en ruinas, y luego compartimos una breve mirada.

Totalmente decididos, salimos de nuestro escondite, y nos encontramos con un pequeño pelotón de Shadows que avanzaban por la calle con sus espadas en mano, muchas de ellas con sangre fresca cubriéndolas.

Al vernos, de inmediato se lanzaron hacia nosotros, pero logramos reaccionar rápidamente, en especial Amy, que disparó a tres de ellos antes de que tuvieran tiempo de hacer un segundo movimiento.

Con un poco de esfuerzo logramos derribar a los enemigos, y pudimos seguir avanzando, cruzándonos ocasionalmente con algún desorbitado miembro de La Resistencia, algunos de ellos terriblemente heridos, a los cuales ordenábamos que se alejen de inmediato de la plaza principal, y que repartan el mensaje con todos los demás que se encuentren en el camino.

Para cuando llegamos a nuestro objetivo, no sin antes tener que derribar grupo tras grupo de Shadows, Celerity corría en todas las direcciones posibles, esquivando los constantes rayos disparados por Lightning, que sobrevolaba el área y luchaba por golpear al velocista.

–¡Quédate quieto, bastardo! –exigía el frustrado villano, que ni siquiera vio venir la flecha-boleadora, la cual lo enredó y lo obligó a caer al suelo estrepitosamente.

Al ver que Lightning dejaba de ser una amenaza nos acercamos a Celerity, quien se había detenido y apoyado contra un árbol para recuperar el aliento.

Mundo de héroes: Tiempos oscurosWhere stories live. Discover now