33. Redención.

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Elliot no tardó en recorrer nuestra nueva base y conocer a todos sus habitantes, lo cual no era sorprendente considerando sus habilidades.

Había cierta inocencia en aquel muchacho que me recordaba a nuestros primeros días y, sin embargo, algo en sus ojos denotaba que su vida no había sido para nada fácil.

Por supuesto, aquel joven pelirrojo de rostro sucio y brillantes ojos verdes no tardó en soltarse un poco y relatarnos a los miembros del equipo la corta y trágica historia de su vida.

Tampoco es que hubiera demasiado para contar. Jamás conoció a sus padres, pasando así toda su infancia de un orfanato a otro en una de las tantas zonas pobres a lo largo de Estados Unidos, ninguno siendo capaz de contener su espíritu aventurero y rebelde, el mismo espíritu que lo llevó a unirse a una pandilla que se dedicaba a saltar los muros para ir a robar comida, ropa y dinero a los barrios liberados.

Fue una fatídica noche, en la que un mal cálculo llevó a que un escuadrón de merodeadores acabara con la vida de sus compañeros, lo que llevó a que sus poderes se manifiesten. Él, como Quickstrike, había nacido con una habilidad oculta, la cual fue impulsada a expresarse por el estrés de la situación, y también fue esta similitud la que lo llevó a unirse a él.

Gracias a su poder logró escapar de los merodeadores, pero todo quedó grabado por aquellos malditos drones, lo que lanzó a todas las tropas del área en una cacería por aquel joven e inexperto super-humano.

Sabiendo lo que venía decidió que lo mejor era huir del lugar, lo cual no le resultó particularmente difícil con sus recientemente adquiridas habilidades.

A pesar de eso, las fuerzas de Cíclope lo siguieron a lo largo de todo su viaje, y, si nosotros no hubiéramos derrotado a aquel tirano, tal vez hubieran logrado atraparlo y jamás hubiéramos sabido de él.

El régimen cayó, el mundo comenzó a reorganizarse, y Elliot pensó que sus poderes podrían ser una nueva oportunidad, una nueva vida, una forma de empezar de nuevo, de hacer las cosas bien. Pero él no tenía familia, no tenía amigos, no tenía a nadie, y los viejos hábitos no mueren fácilmente, lo que lo llevó a incursionar nuevamente en los caminos de la criminalidad, esta vez trabajando para un grupo de ladrones con poderes, cuyo líder, por suerte, tenía la regla de jamás lastimar a civiles.

Desde ese momento en adelante, Elliot pasó su tiempo entre distintas variantes del equipo de ladrones, quienes le habían otorgado el sobrenombre de Celerity, y diferentes cárceles, de las cuales salía en poco tiempo debido a buena conducta o a que sus crímenes jamás eran tan terribles como para condenarlo por largo tiempo.

Fue durante uno de sus periodos de libertad que Eon triunfó y todo se fue al carajo, dejándolo sólo una vez más, lo que lo llevó a un nuevo recorrido a lo largo del país, eludiendo a las tropas de El Antiguo y a los grupos de supervivientes que matarían sin duda a cualquier viajero con el que se cruzaran para robarle sus cosas.

Al parar en Mayhem City para tomar un descanso se encontró con Quickstrike y su grupo de pandilleros velocistas, e inmediatamente fue acogido por ellos. Elliot por primera vez se sintió en familia, sobre todo por el trato especial que recibía por parte de Clark, razón por la cual había decidido quedarse.

Pero ahora estaba de nuestro lado, y parecía dispuesto a dar todo de sí para asegurar la caída de Eon, razón por la cual decidimos incluirlo en nuestra próxima misión.

Esta vez nos dirigíamos hacia el desierto de Sonora, en México, donde, con suerte, encontraríamos a un nuevo héroe para enfrentar a las fuerzas del Antiguo.

Debido a su debilidad por los calores extremos Rachel decidió quedarse, solo por si acaso, aunque ciertamente le vendría bien el descanso, y, como ella se quedaba, también lo hizo Alan, supongo que con la esperanza de pasar algún tiempo a solas con nuestra amiga, pero sabía que ella podía manejarlo.

Mundo de héroes: Tiempos oscurosWhere stories live. Discover now