12. El funeral.

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Pocas horas después de la muerte de Edward Jackson, mejor conocido como Gladiador, enviamos un informe sobre lo que había ocurrido a todos los jefes de Estado alrededor del mundo para mantenerlos al tanto de la situación, después de todo, Eon había adquirido un arma de destrucción masiva, y no teníamos idea de cuándo y dónde planeaba empezar a usarla. 

Al otro día, miles de personas se reunieron alrededor de un cajón vació, en un impresionante funeral para despedir a uno de los más grandes héroes que jamás haya existido, y el último miembro vivo de Los Guardianes.

A Gladiador le dieron una despedida casi militar, la despedida de un guerrero, con disparos al aire y todo, antes de enterrarlo en la ciudad en la que nació, bastante lejos del lugar en el que yo lo conocí.

Sin embargo, nosotros no asistimos a ese evento, estábamos demasiado ocupados enterrando el verdadero cadáver de nuestro líder, en un austero funeral al que sólo fuimos nosotros.

La ceremonia se llevó acabo en silencio, nadie estaba realmente con el ánimo suficiente como para decir algo, y, una vez que el ataúd estuvo bajo tierra, todos nos alejamos del lugar bajo una tenue lluvia.

Con El Trueno de los Dioses en las manos de nuestro enemigo, esperábamos tener una semana bastante ocupada, pero todo permaneció en una absoluta paz, lo cual solo lograba aumentar nuestra ya elevada ansiedad.

Sin embargo, yo estaba cargando con mucho más estrés que el resto de mis compañeros, y no sólo por la gran pelea familiar que se desató cuando mi madre se enteró que Ana había ido con nosotros en una misión y yo lo había permitido.

Aquella fatídica noche en la que perdimos a Gladiador, también recibí un mensaje por parte del extraño que había estado tratando de ayudarme desde hacía ya algún tiempo, en este mismo me decía que había llegado la hora de encontrarnos cara a cara, pero durante el resto de los días que siguieron al mensaje nada sucedió.

No podía parar de mirar al teléfono, esperando un mensaje, una señal, algo que me forzara a moverme de nuestra base, la cual se sentía más vacía con cada segundo que pasaba.

Era solo cuestión de tiempo hasta que alguno de mis compañeros notara lo sospechoso que estaba actuando, sin embargo la gran depresión que todos estaban sufriendo los hacía estar distraídos, lo cual jugaba a mi favor.

Para empeorar la situación, pareciera que el mundo se había detenido totalmente tras la muerte de un titán como Gladiador, no había grandes luchas que pelear, ni súper humanos perdiendo el control de manera que necesitaran ser detenidos, todo estaba en una perfecta calma, excepto nuestras mentes, las cuales corrían silenciosamente, tratando de idear un plan para detener a Eon y a sus compañeros; habíamos tenido nuestra oportunidad, tuvimos El Trueno de los Dioses en nuestras manos, y lo echamos a perder, algo que no podíamos perdonarnos.

En un desesperado intento por salir del aburrimiento y despejar su mente, Ian insistió hasta que logró convencer a Joel de que saliera de su habitación para ayudarlo a crear un ejército de drones con cámaras de reconocimiento facial, los cuales recorrerían el mundo entero durante días, con el sólo objetivo de tratar de ubicar a nuestros enemigos antes de que dieran su próximo paso.

A pesar de que el joven Dolent logró sacar a un malhumorado Joel de su habitación, éste último no colaboró mucho con el proyecto del joven genio, de manera que durante algunos días vimos a Ian corriendo en todas las direcciones posibles cargando equipos, y haciendo cosas que realmente no lográbamos entender.

Pero, aún con la mínima ayuda por parte de Surfer, nuestro nuevo genio no se rindió, y no paró de trabajar hasta que tuvo construidos al menos cien drones de última tecnología, los cuales incluso estaban cubiertos del mismo material que mi traje, lo cual, en teoría, les permitiría hacerse invisibles en algunas situaciones, evitando ser detectados por nuestros enemigos.

Mundo de héroes: Tiempos oscurosWhere stories live. Discover now