15. El robo.

3.6K 220 69
                                    

Desperté a la mañana siguiente con un leve dolor de cuello pero, teniendo en cuenta que había dormido en el helado y frío suelo de nuestra antigua base, supuse que tenía que agradecer que no me doliera todo el cuerpo.

Me estiré un poco y miré a mí alrededor, Felicity aún dormía, y Damien la observaba a la distancia, era probable que no hubiera pegado un ojo en toda la noche.

–Es hermosa ¿no lo crees? –preguntó de improvisto mi compañero.

–Sí, lo es –respondí tras dudar un poco.

–Supongo que decías la verdad, no eres ningún traidor –continuó, aún sin dirigirme la mirada–, e hiciste algo que yo creí imposible, la trajiste de vuelta...

–Damien, ella se trajo sola, yo...

–Eres tú, es... simplemente todo sobre ti, eres un líder excepcional, y eres incluso mejor como amigo, por eso ella te buscó a ti, porque sabía que no ibas a intentar arrestarla, ni ibas a ponerte todo emocional al respecto, porque sabía que ibas a intentar salvar... por eso ella confió en ti.

–Gracias, supongo, pero realmente no entiendo a qué viene todo esto.

En ese momento, su cara tomó una expresión más seria, y por varios segundos no dijo nada, como si estuviera tratando de pensar con precisión como soltar las palabras que se notaban que había estado pensando toda la noche.

–Quiero que sepas que puedes confiar en mí... quiero que sepas que daría mi vida por ti, Daniel.

–Lo sé, y también sabes que no dudaría un segundo en hacer lo mismo.

–¿Ves a lo que refiero? Esto es lo que te hace ser tan grande.

Ambos nos sonreímos, era extraño que Damien se abriera así, tan abruptamente, nuestra relación había mejorado con los años, pero jamás fuimos exactamente sentimentales el uno con el otro. Sin embargo, me puse a pensar en la situación que estábamos: éramos fugitivos de la ley, si fallábamos en nuestra misión el planeta estaría enfrentando a una catástrofe total, y su antigua novia, la única chica a la que sabía que había amado, había regresado; supongo que todo ese conjunto de cosas bastaban para hacer que hasta el corazón más duro tuviera sus momentos blandos.

Pocos segundos después, un leve gemido emitido por Felicity hizo que ambos nos distrajéramos, sin embargo, yo ya me había levantado y me acercaba a mi arco, en caso de que Kali quisiera salir a jugar.

–No vas a necesitar eso –dijo ella, aún con los ojos cerrados–, a Kali le gusta dormir incluso más que a mí.

–Claro, eso simplemente me llena el corazón de confianza –respondí, mientras que cargaba la flecha con el sedante–. Abre los ojos.

Felicity suspiró con frustración, y finalmente nos dejó ver que todo estaba normal, mientras que nos dirigía una mirada algo frustrada con aquellos hermosos ojos y yo bajaba el arco.

–¿Todas las mañanas van a ser así? –preguntó mientras que se incorporaba, y se estiraba un poco.

–No, sólo hasta que detengamos a Eon, después de eso preferiría no dormir bajo el mismo techo que mi ex –respondí sarcásticamente.

–Por lo que duró esa relación apenas y llego a ser tu "e" –contestó ella con el mismo tonó y una sonrisa en el rostro.

–Muy gracioso, pero ¿podemos concentrarnos en detener a Eon? –soltó Damien de repente, a quien parecía no agradarle mucho el rumbo que iba tomando la conversación.

Finalmente, Felicity se levantó y, tras estirarse un poco, se dirigió hacia las computadoras, las cuales habíamos dejado encendidas, de manera que para ese punto estaban hirviendo, y juraría que estaban a punto de estallar.

Mundo de héroes: Tiempos oscurosWhere stories live. Discover now