45. Ouroboros

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Completamente seguros de que nada bueno podía llegar a salir de aquella situación, decidimos intentar evitarla, de forma que todos intentamos utilizar nuestros poderes y habilidades para destruir la cápsula en la que se encontraba Ian, pero todo parecía resultar inútil, por lo que tuvimos que resignarnos a ver como nuestro antiguo "aliado" pasaba por un extraño proceso de transformación.

–Surfer... desestabiliza el núcleo, tenemos que irnos de aquí –dije, mientras retrocedía, sin despegar la mirada de Ian Dolent.

–Entendido –replicó él, y puso manos a la obra, mientas daba indicaciones al resto del equipo sobre donde colocar los explosivos para obtener mejores resultados.

Con una mirada de terror observé como los huesos del cuerpo de Ian volvían a su lugar, dejando en el pasado aquel aspecto deforme que tanto nos había impactado en un primer momento; y el ojo que había perdido no tardó en regenerarse completamente, dejando aún más en claro cuánto odio había en su mirada.

Finalmente, la herida causada por la espada de Drake desapareció, y, poco a poco, el líquido que rodeaba el cuerpo, manteniéndolo en suspensión, fue desapareciendo lentamente, dejando a Ian colgando de los cables que le habían inyectado el extraño líquido negro.

–¡Surfer, deprisa! –grité mirando al joven genio, al darme cuenta de que la batalla estaba a punto de estallar.

Fue entonces cuando escuché el sonido del cristal al estallar, y sentí como Ian me tiraba al suelo y me tomaba por el cuello. Lo que sea que le hubieran hecho lo había vuelto extremadamente poderoso, ni siquiera Felicity había podido hacerle daño a aquella cápsula, y él la había destruido sin ningún problema.

–¿Me extrañaste? –preguntó él a centímetros de mi rostro, apretando un poco más, y dejando que un pequeño hilo de baba cayera sobre mí.

Sin darle tiempo a nada más, Felicity le asestó un poderoso puñetazo que lo mando volando hasta el otro lado de la sala, destruyendo algunos ordenadores que estaba en el lugar.

–¡Sigan colocando los explosivos! –ordenó ella, volando hasta la posición de Ian para seguir golpeándolo con una tremenda violencia, Rocket ya no se estaba conteniendo.

–¡Celerity, ayúdala! –exclamé mientras me preparaba para empezar a colocar mis cargas.

En ese instante Felicity logró tomar a Ian del brazo y arrojarlo hacia la puerta, pero este simplemente se levantó como si nada hubiera pasado, aunque probablemente no se esperaba que Elliot apareciera y le asestara un brutal puñetazo a toda velocidad debajo de la mandíbula, lo que logró desestabilizarlo brevemente.

Viendo que se encontraba mareado, el velocista vio una oportunidad y empezó a correr alrededor de nuestro poderoso enemigo, generando un pequeño torbellino a su alrededor que poco a poco que le iba quitando más y más oxígeno.

Aprovechando que Ian cayó de rodillas, apuré la marcha, y terminé de colocar mis explosivos, para luego dirigir una mirada a Joel y comprobar que todo estaba preparado, había llegado la hora de destruir La Cosechadora.

Pero en ese mismo instante, Ian asestó un poderoso golpe al suelo, haciendo que todo temblara y logrando que Celerity tropezara y cayera lejos de él.

–Veo que conseguiste nuevos perritos falderos, supongo que debió ser difícil después de que Eon asesinara a los demás, ¿verdad? –me preguntó nuestro enemigo, sin perder por un solo segundo la mirada asesina de sus ojos.

Segundo a segundo su musculatura parecía aumentar, al igual que su furia.

Felicity voló hacia él, dispuesta a asestarle un puñetazo, pero él reaccionó rápidamente y logró sujetarla del cuello, lo cual claramente tomó por sorpresa a la heroína, que no pudo encontrar el movimiento justo para zafarse del agarre.

Mundo de héroes: Tiempos oscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora