12

179 33 8
                                    

Ahren

Subo hasta mi habitación a hurtadillas, procurando no hacer ningún ruido que se cuele hasta el cuarto de mi padrastro, aunque los zapatos mojados que rechinan a cada paso no me ayudan mucho. Cierro la puerta con suma delicadeza. Me quito los zapatos y los lanzo al suelo. Me siento a la orilla de la cama, suspirando. Supongo que me veré obligado a hablarle, o por lo menos no ser tan indiferente con ella porque, después de todo, me ayudó.

La puerta se abre de golpe y entra Christopher.

—Oh, cariño, estás mojado —musita fingiendo interés y afecto, lo cual me estremece.

Me mira de arriba hacia abajo, se acerca y se sienta a mi lado. 

—¿Cómo llegaste? —interroga con una malévola sonrisa.

Pienso en mentirle, pero por su mirada, es obvio que ya lo sabe.

—Me trajo la chica de al lado.

—Oh, la vecina... Jane ¿no? —suelta una carcajada—. ¿Ya pudiste cogértela?

Abro los ojos, desconcertado por esa impertinente pregunta. 

—No seas idiota.

—Si no lo haces tú, tendré que hacerlo yo, amigo —se acerca más a mí y pone su rostro a centímetros del mío.

Le doy un empujón. Me pongo de pie y le abro la puerta, con un ademán para que salga. Antes de que lo haga, me acerco y, con firmeza, susurro:

—Ya te lo advertí; no quiero que te acerques a ella. Jamás.

Es obvio que no lo intimidé ni un poco, porque sale de mi habitación dando carcajadas.

Lo prometiste © #PGP2020Where stories live. Discover now