43

124 17 7
                                    

Jane

—El cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos, entonces debemos despejar para...

El profesor se esmera en dar su clase. Algo que siempre he admirado de los maestros, además de su gran paciencia, es que se apasionen de su materia, es como si te transmitieran su amor por ésta. Sin embargo el día de hoy no logro concentrarme, continúo haciendo garabatos en los márgenes de mi cuaderno. Mi mirada se desvía una y otra vez hacia Ahren, y me hace pensar en mi actitud con él el viernes. No tengo la certeza de si soy capaz de ayudarlo, si eso es lo mejor, o si lo más pertinente es que él sólo solucione su problema.

En un momento, un silencio abrumador se hace presente en el aula, lo que me hace alzar la mirada, encontrando a Ahren de pie frente a su butaca, totalmente desubicado. Voltea a verme, se gira para tomar su mochila y sale del salón corriendo. El profesor se queda perplejo un instante y luego sigue su clase como si nada hubiese pasado.

Permanezco atónita, con la mirada perdida, pensando en por qué habrá salido Ahren y preguntándome si habrá sido mi culpa, recordando lo que Jaden me dijo el viernes, luego que el vecino ojiazul se fuera corriendo...

Ahren se había ido, seguramente sintiéndose terriblemente humillado. Empujé a Jaden para que caminara.

—Eso estuvo mal, Jane. ¿Por qué le dijiste eso? Creí que eran amigos —comentó serio.

—No lo sé —respondí cabizbaja—, ya pasé por esto y no quiero volver a vivirlo.

—Entiendo —dijo suspirando.

Jaden no volvió a preguntar nada al respecto.

No debí haberlo tratado así. Tengo problemas en mi casa, pero todo mundo los tiene y sabe lidiar con ellos. Ahren tiene una vida miserable y quizá yo era su único soporte. Estuve mal, cometía un error y lo acepto. Pero no puedo permitir que todo termine, no ahora... no de esta manera.

Tomo mi mochila. Mis manos tiemblan, debo pasar inadvertida, pero nunca me he salido de clases en la vida y no tengo un plan. Me pongo de pie con mi mochila en brazos y salgo rápido del aula a paso torpe sin mirar atrás.

—¿Alguien más quiere salirse de mi clase? —exclama el profesor apenas voy saliendo.

Corro por los pasillos, desesperada por salir de la escuela, cuando choco con un enorme bulto, el cual resulta ser el entrenador.

—¿Vas a algún lugar, señorita? —interroga cruzando los brazos.

—Yo... iba al baño —respondo titubeando. El entrenador se queda pensando con los ojos entrecerrados.

—¿Con tu mochila? —señala con una ceja en alto.

—Eh...

—Ya lo decía. Hace un rato salió un muchacho, pero no logramos atraparlo... Tendrás que ir a la dirección.

—No, no puedo —digo imponiendo resistencia—, tengo que ir a hacer algo.

—¿Algo más importante que la escuela?

Es mi amistad con un chico, si no es que su vida. Creo que sí.

El profesor me toma del brazo guiándome a una probable sanción. Apoderada de la desesperación, me zafo de su agarre para correr lo más rápido que puedo a la salida, sabiendo que tengo ventaja, pues el entrenador nunca en su vida se tomaría la molestia de correr. Sigo corriendo hasta la parada del autobús público.

~*~

Llego a la esquina del vecindario, donde bajo del bus. Camino para llegar a casa. Veo a Ahren intentando abrir la puerta de la suya.

—¡Ahren, espera!

Él se apresura a abrir la puerta, pero no logra introducir la llave en la cerradura de ésta.

—No —voltea hacia mí—, ya tienes suficientes problemas como para tratar conmigo, ¿no?

—Ahren, lo siento. Perdón ¿okay? Sé que estuve mal... de verdad me arrepiento —me acerco a él subiendo a su pórtico.

—Vete a tu mundo de fantasía, Jane, y déjame en paz.

—Por favor, déjame ayudarte... sé que no puedo deshacer lo que hice, pero me preocupas y...

—¿Te preocupo? —masculla casi gritando— ¡Por favor, Jane! No digas mentiras sólo por quedar bien. A nadie en este maldito mundo le preocupo.

—No digas eso... Tú debes salir adelante —intento sonreír.

—¿Cómo, Jane? ¿Cómo salgo adelante? ¿Sonriendo y saltando por ahí? No tengo la vida perfecta.

—No todo debe ser tan malo —me encojo de hombros.

—Mi madre —baja la guardia y se muestra nostálgico— se embarazó muy joven... No contó mucho con la ayuda de mis abuelos. El cobarde de mi padre huyó cuando yo tenía un año dejando a mi mamá sola, por suerte mi tía la ayudó mucho, pero ella tenía que vivir su vida, así que no estaba siempre. Luego el imbécil de Christopher llegó a nuestras vidas y todo empezó a ir de mal en peor. Cuando tenía seis años, alguien seguramente ebrio chocó contra el auto de mi madre, ¿Y sabes qué hizo? Se fue. Se fue sin importarle la vida de la persona dentro del vehículo... Murió camino al hospital.

—Lo lamento mucho...

—Desde entonces ya no tengo motivos para vivir. Es decir, si desaparezco, si muero ahora ¿a quién le importaría? A nadie, Jane. ¡Despierta!

—Déjame ayudarte, por favor.

—No. No puedes —baja la mirada.

—¿Por qué no?

—Tú no me entiendes —noto que tiene sus ojos rojos y cristalizados.

—Te entiendo mejor de lo que piensas —menciono al recordar a Jareth.

—No es cierto —Ahren está al borde del llanto— nadie me entiende.

—Ya escuché esas palabras antes, no quiero perderte a ti también.

—¿De qué hablas? —dice entre suspiros entrecortados.

Respiro hondo. No había hablado de esto.

—Mi hermano... —desvío la mirada.


____________________

Un gran y fuerte abrazo a todos los bellos ojitos que me acompañan en esta historia, de verdad muchas gracias. Saludos c:

Los amo ♥

Disculpen si los guiones salen cortos :v

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Disculpen si los guiones salen cortos :v

_____________________







Lo prometiste © #PGP2020Where stories live. Discover now