30

128 24 4
                                    

Ahren

Hoy salgo con Jane al museo, por lo que he decidido usar un suéter, no una sudadera. No es un gran cambio pero creo que está bien.

Al bajar las escaleras, Christopher está hablando por teléfono. Probablemente ya arregló las cosas con Rosy.

—Te veo al rato, linda —dice antes de colgar.

—Me das asco —me atrevo a decirle.

—Gracias, cariño —responde riendo.

El día de hoy no llevo puesta una gorra, mi ojo sigue hinchando pero no puedo entrar con gorra al museo, así que pensé que sería buena idea peinar mi cabello hacia el frente. Me cubre el golpe, pero también gran parte de mi campo visual y sentido de la profundidad. Choco con una silla y Christopher ríe. Tomo un trozo de pan, y salgo de la casa.

Jane está en la parada del autobús. Me acerco más, cuando se percata de mi presencia, me sonríe y saluda con la mano.

—Te ves bien —cierra su mano derecha alzando el pulgar—, aunque algo gracioso —ríe burlona.

No digo nada, me limito a rodar los ojos. Llega el bus, subimos y esta vez —por primera vez— permito a Jane sentarse junto a mí —ayer no cuenta, ella subió antes que yo.

—Ayer no te vi luego de clases —enuncio mientras acomodo las mangas de mi suéter.

De nuevo siento ardor en el antebrazo. He hecho nuevas marcas de color rojo ayer en la noche.

—Ah... Sí. Es que llegué un poco tarde a casa. Un chico me invitó un helado.

—¿Quién? —trato de no sonar interesado.

—Se llama Jaden —contesta con una sonrisa boba.

—¿Viene a la escuela? —alzo una ceja.

—Sí, pero creo que no es de nuestro salón.

—Ah.

~*~

—Tienes que caminar más rápido, Ahren —me apresura Jane tomando mi brazo. Hago una mueca de dolor, pero la borro antes de que se pregunte el porqué.

—¡Tranquila! El museo cierra hasta las ocho —le reprendo jadeando.

—Lo sé, pero empezará a llegar mucha gente y no quiero tener que ver las obras entre las cabezas de otros.

Resignado, acelero más mi paso hasta trotar.

Llegamos a nuestro destino. Jane entrega los boletos y entramos. La expresión de la chica ahora es como la de un niño al entrar a una juguetería. El ambiente aquí es muy tranquilo. Jamás había entrado a un lugar así. Observo a mi alrededor. Un hombre de mediana edad se acerca a una pintura, a una distancia limitada por una línea amarilla en el suelo, la observa de arriba hacia abajo, espera un momento y camina hacia la siguiente. Enseguida llega una mujer que repite el mismo patrón: acercarse, observar, esperar, continuar.

Bien, no es difícil.

Camino junto a Jane, volteo a mirarla, trae puesta una sutil pero evidente sonrisa en los labios. Se detiene a ver una pintura.

—Yo creo que es una medusa —comenta en voz muy baja—, ¿tú qué piensas?

Me detengo a analizar la obra. Un fondo verde pasto, con algunas pinceladas largas e irregulares de colores amarillo, azul y rojo. ¿Una medusa?

—No lo sé, Jane, parecen líneas —respondo con inseguridad.

—Qué aburrido eres —suelta un bufido y continúa caminando.

Yo permanezco parado frente a la misma pintura, tratando de verle alguna forma.

—Hola —se escucha a lo lejos la voz de Jane.

Volteo a mirarla, está con un chico. Me acerco hacia ellos.

—Jaden, él es Ahren —me presenta con él—, Ahren, él es Jaden.

Lo miro detenidamente y asiento con la cabeza en forma de saludo.

Camino para que Jane me siga. Lo hace, pero su amigo se nos une.

—¿Qué te trae por aquí? —pregunta Jane.

—Siempre me he apasionado por el arte, cuando me enteré de que había una nueva exposición, no dudé en venir.

Jane lo mira con una sonrisa.

—¡Oh! ¡Mira esa! —ambos se apresuran a ver una pintura.

Los dos comentan no se qué sobre ella, ríen. Jane no había reído desde que llegamos. Ahora he pasado a ser el mal tercio.

—Jane, me tengo que ir —me acerco a decirle.

—Está bien, me quedo con Jaden.

Ni siquiera un "¿Por qué?", sólo "está bien".

Salgo del museo para regresar a casa.

_________________________
Hoy les dejo 2x1, en recompensa por haberme tardado demasiado en actualizar. :)
_________________________

Lo prometiste © #PGP2020Where stories live. Discover now