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Jane

Me recargo sobre la pared de azulejos blancos y me deslizo hasta el piso, escuchando todo lo que está pasando afuera.

—Déjame —escucho decir a Ahren con tono casi inaudible.

Me levanto del suelo para asomar la mirada a través del espacio que quedó abierto. Al ver lo que pasa, suelto un jadeo, e inmediatamente cubro mi boca con la mano, me alejo rápidamente de la puerta, intentando no caer.

¿Qué hago? Tengo que ayudar a Ahren... ¿Pero cómo? ¿Sólo salgo y ya?. Finalmente, y no orgullosa de ello, opto por quedarme aquí, sintiéndome terriblemente mal.

Después de largos y eternos minutos, la puerta del cuarto de Ahren se abre y se vuelve a cerrar, Christopher se ha ido. Me quedó en el suelo, pensando si es buena idea salir ahora... Luego de segundos de debate conmigo misma, salgo del baño con pasos lentos hasta la habitación del ojiazul. Me detengo al verlo sentado en el suelo, abrazando sus rodillas, con la cabeza hundida entre sus piernas. Puedo escuchar sus suspiros de llanto que trata de impedir, pero no puede.

—Ahren... —susurro dando un paso adelante.

El chico voltea a mirarme con los ojos exageradamente rojos, hundidos en las lágrimas.

—¿Por qué no saliste? —pregunta tragándose el llanto.

—Yo... No sabía qué hacer... —se me quiebra la voz al verlo de esa manera.

—Dijiste que no me dejarías, que no estaría solo... Lo prometiste, Jane —musita dejando caer más lágrimas—, ¡Lo prometiste! —dice esta vez más fuerte, ahogando sus palabras entre los sollozos.

—Ahren... —repito, con la intención de acercarme a él.

—Vete —espeta en seco.

—Pero... Yo...

—Que te vayas —susurra reprimiendo el llanto.

Abro la ventana. Pongo un pie en el marco y antes de salir, volteo hacia atrás, viendo a Ahren con la cabeza de nuevo entre sus rodillas.

Lo prometiste © #PGP2020Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz