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Ahren

El receso ha comenzado, todos los chicos guardan sus libros dispuestos a ir a la cafetería para almorzar.

La cafetería es el lugar mágico en donde las chicas se reúnen con sus amigas a hablar de chicos, y los chicos discuten por cuál equipo de fútbol es mejor. Además de que puedes presenciar una que otra pelea ahí.

También puedes darte cuenta de la clase de persona que se sienta en la mesa de al lado. Bien podrían ponerle etiquetas a cada mesa... Por ejemplo, Yap está en la mesa de los "raritos", Iván se encuentra en la de los "cerebritos", Vanessa —sí, la chica que tuvo el honor de ser la primera y última persona en romperme el corazón—... Ella siempre ha estado en la mesa de los "populares y carismáticos". Bastante ridículopatético, ¿cierto?

Pero, ¿en qué grupo me quedo yo? Exacto. No tengo uno. ¿Acaso podría ser el grupo de los antisociales? No, creo que queda mejor "la mesa del antisocial". Estoy seguro de que, si eso de las etiquetas en las mesas existiera, la mía diría eso.

Le doy un gran mordisco a mi hamburguesa y me pregunto si debo comer el puré de dudosa procedencia que yace grotescamente en el plato. Finalmente me decido por comer todo. Hago mi bandeja a un lado y poso mis brazos sobre la mesa. La gorra estorba a mi campo visual, es como si sólo pudiese ver la mitad inferior de lo que usualmente veo. Y todo es culpa de Christopher, es un idiota... Mientras maldigo mentalmente al hombre que ama al alcohol por encima de cualquier otra cosa, veo una figura femenina acercándose a mi mesa. Alzo la cabeza para poder mirar quién es. Jane, la chica de ojos azules y cabello rizado.

—Hola —dice imitando mi posición.

—Hola, Jane.

—Sabes... Es aburrido estar sola. ¿Te molesta si te acompaño?

—¿Desde cuándo te interesa si me molesta o no tu compañía? —digo exhalando.

—No me importa, sólo quería sonar cortés —ríe por lo bajo.

—Pues... Es mejor que estar solo —comento intentando un tono neutral.

—Ahren —comienza la plática minutos después—... Mi padre consiguió entradas para el Museo de Arte Contemporáneo, pero dijo que no había tiempo para ir —frunce los labios—. Yo... Tú crees que... Ah... ¿Quieres acompañarme? No sé si te guste, considéralo un paseo nada más, puede ser tonto pero, la exposición es nueva y...

—Está bien —exclamo interrumpiéndola—, iré... Pero ya deja de hablar —finalizo con una leve sonrisa con los labios cerrados.

—¡Oh, gracias!

—¿Cuándo?

—Mañana después de la escuela.

—Déjame revisar mi agenda —tomo mi jugo y lo analizo como si fuera tal—, sí, estoy libre.

Quizá ir a una exposición de arte no sea lo más divertido del mundo, pero es mejor que estar en casa.

—Bien, nos veremos más tarde, amigo —enuncia mientras se levanta de la silla.

—Hasta luego, amiga —me despido también.

Amigos.


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Me inspiro más cuando estoy triste ._. ¿A ustedes no les pasa eso? :v

Gracias por leer, queridos <3 "3
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Lo prometiste © #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora