4. Jack's

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¿Pero qué podía hacer? Ni siquiera sabía dónde estaba, donde vivía ni que les ocurría a ambos. En ese momento deseo haber podido besarla. Sabía que ese no era momento de pensar esas cosas pero el pensamiento vino igual.

Esa noche Kevin apenas pudo dormir, pensó y trato de idear algo que lo llevara hasta ella. Cualquier cosa, algo que recordará del sitio. Pero era imposible.


A la mañana

Kevin apenas había dormido, no podía. Cada vez que cerraba los parpados se sentía culpable y al mismo tiempo se preguntaba que le estarían haciendo a ella. Pero a pesar de no haber pegado ojos, Kevin no sentía cansancio, solo ansiedad. Y la mejor manera de combatir la ansiedad es corriendo, así que rápidamente se vistió y salió a correr.

No podía quitarse de la cabeza la figura de Ann. Era más bajita que él, delgada y con unas curvas que arrebatarían el aire a cualquiera. Un pelo oscuro y ondulado que enmarcaba sus ojos gris oscuro, era difícil saber si eran grises o negros, pero Kevin desde la primera vez que los vio supo que eran grises. A pesar de la oscuridad de sus ojos, cuando Ann lo miraba Kevin sentía una intensidad poco común.

Kevin negó con la cabeza y siguió corriendo. Cuando se dio cuenta, estaba corriendo a toda velocidad por la calle principal mientras su mente imaginaba a Ann.

-Necesito un plan, ¡lo necesito ya!- Se dijo a sí mismo.


Un par de días más tarde

-Toma anda.- Le dijo John mientras le entregaba una taza. Kevin, curioso, miro dentro.

-Es una tila. Mama se la tomaba para relajarse.- Se quedaron en silencio un momento.- Llamara, ya lo veras.- Le dijo dándole unas palmaditas en la espalda.

-Es... Complicado...- Dijo Kevin. John no sabía nada de... Lo que fuera que les ocurriera a Ann y a él. Y ahora no se sentía con ánimos de contarle algo así. A demás, probablemente creería que estaba loco o lo evaluarían psicológicamente. Puede que incluso lo temiera. Kevin miro a John por un momento. No, no quería que eso ocurriera.

-Siempre lo es.- Le contesto.

John salió de la habitación y Kevin se tomo la tila de un trago. "Debería darme una ducha." Pensó. "Mañana es Lunes... Qué bien." No había hecho los deberes, y eso no le importo en absoluto. Ann. Ann era lo que le importaba. Había intentado verla, conectar con ella. Pero solo conseguía un horrible dolor de cabeza.

Sin ganas, entro al baño y se deshizo de la camiseta. Se miro al espejo y de repente le entraron ganas de hacer flexiones. No lo pensó, solo lo hizo. Trato de dejar la mente en blanco y cerró los ojos. Notaba un pequeño viento cada vez que se dejaba caer hasta casi tocar el suelo. Escucho el silencio, y de repente escucho una respiración pesada.

No era suya, eso estaba claro. Levanto rápidamente la cabeza y clavo la vista en Ann. Parecía como si le costara respirar, y estaba temblando. Kevin recordó que tenía una manta en el armario. Se giro rápidamente, de repente vio superpuestas dos imágenes: su cuarto y la celda de Ann. Se concentro en buscar la manta y revolviendo cosas la encontró. De nuevo se concentro en Ann y se la puso sobre los hombros.

-¿Kev?- La oyó decir débilmente. Dios, se le helo la sangre al oírle la voz.- ¿Como lo has....? ¿Cómo lo has hecho? Ha... Has desaparecido y aparecido...

-No lo sé.- Repetía el. No le importaba demasiado como lo había conseguido, sino la condición de Ann.- ¿Que te han hecho? ¿Porque estas así?

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