7. Cercania

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Entonces lo sintió, era como si de repente pudiera sentir la soledad de Ann. Igual que la vez que la vio por primera vez, sentía lo que ella sentía. Soledad, frió, miedo, nerviosismo. Y al mismo tiempo, ganas de de querer acabar con todo.

"Un martillo." Pensó. "Voy a cargarme esa mierda de pulsera ahora mismo."

No tardo en encontrarlo. Bajo abajo y se despidió de John, salió de la casa y escalo hasta su ventana. Perfecto, así John no se daría cuenta de que había desaparecido. Se puso una sudadera y sus antiguas botas de lucha. Un montón de recuerdos llenaron su cabeza al volver a ponerse esas botas.

Entonces miro la mochila, el se defendía con los puños, llevar una pistola no le agradaba demasiado. Al final decidió cogerla, Ann sabría usarlas y ella necesitaría defenderse. Ese pensamiento también lo inquieto. Debía darse prisa y sacarla de esa vida.

Cerró los ojos y espero hasta que pudo escuchar todos los sonidos del lugar, poco a poco pudo escuchar los sonidos que escuchaba Ann, se sentía en el aire, como si no estuviera en ninguno de los dos lugares. Escucho como se abría la celda y alguien pesado entraba, sus botas chirriaban.

Ann retrocedió. Cuando el hombre pasó junto a él, Kevin no lo pensó. Apareció y le asesto tal puñetazo que el hombre se desplomo, inerte.

Ann parpadeo. Kevin también estaba sorprendido, no entendía mucho de lo que ocurría pero tenía algo que hacer.

-¿Kev?...N-no deberías estar aquí...- A Kevin le entro el pánico cuando escucho su voz ronca. Conocía ese dolor de garganta, después de un concierto o fiesta se solía quedar con la voz igual. Era de gritar demasiado.

Se acerco a ella sin decir nada y agarro su mano. Su pulso enloqueció. Kevin respiro hondo. Cuando la rompiera iban a sonar todas las alarmas. Miro a Ann, su estado era horrible. Iba a sacarla de ahí aunque lo persiguieran al fin del mundo.

Con un rápido movimiento golpeo el costado de la pulsera y esta dejo de parpadear, la golpeo de nuevo hasta que la pulsera acabo destrozada y lejos de la muñeca de Ann. Ella trato de levantarse pero tropezó, lo intento de nuevo y esta vez lo consiguió. Parecía un poco mareada y estaba en los huesos, cosa que aterro a Kevin.

-¿Cómo te encuentras?

-Estoy bien.- Respondió demasiado rápido.- De verdad.- Ann no apartaba la vista de Kevin, como si lo estuviera valorando. El intentaba no pensar en eso, para poder concentrarse más pero le era imposible.

Salieron al pasillo, no había luces rojas ni sirenas pero estaba claro que sabían que la pulsera estaba rota. Kevin saco una pistola y se la entrego a Ann, ella no dijo nada, solamente miro si estaba cargada y si había alguna bala en la recamara. Si, ella sabía de estas cosas.

Kevin avanzo por el pasillo, no quería cambiar de sitio con Ann tan débil.

-Podríamos viajar a mi cuarto. - Dijo ella. Kevin la miro fijamente. - Estoy bien, cuando viajo no me siento cansada.

-Bueno... Podríamos intentarlo.

Estaban perdiendo tiempo así que Kevin agarro la mano de Ann y trato de concentrarse en el mohoso motel. Kevin empezó a sentir la presión del viaje y de repente dejo de sentir la mano de Ann.

-¿Kevin? Kevin has desaparecido... ¿Me oyes?

El abrió los ojos y se dejo caer al suelo de nuevo, Ann se sobresalto al verle. De repente ella giro bruscamente la cabeza.

-Ya vienen. - Sentenció.

Kevin miro por el pasillo y comenzó a correr teniendo más cuidado en una esquina o en bifurcaciones. Cada poco tiempo miraba a Ann para asegurarse de que lo seguía. El silencio era horrible. Llegaron hasta un ascensor con un raro panel numérico.

Mierda. Kevin se giro para cambiar de camino, pero Ann se acerco al panel y puso la mano entera encima, tapando todas las teclas.

-No hay tiemp...

El panel chispeo y el ascensor se abrió. Kevin miro sorprendido a Ann. ¿Qué coño había sido eso? Acababa de freír el panel con la palma de la mano.

-Mejor no preguntes.- Le dijo ella. Le hizo un gesto para que entrara al ascensor. Una vez dentro Kevin empezó a mirar a Ann. Había miles de cosas que desconocía de ella... Ann lo miro también y de repente ella levanto la mano y acaricio el rostro de Kevin.

El sintió algo poderoso recorriéndole, podía sentir la energía que salía de ella. Siguieron mirándose fijamente mientras el ascensor seguí en marcha. Kevin ni siquiera sabía si estaban subiendo o bajando. La adrenalina lo estaba consumiendo a pesar de estar completamente quieto.

El por fin se atrevió a acariciarle el pelo, estaba hecho una maraña pero aun así era suave... El no podía dejar de imaginarse como seria ella cuando se levantaba a las mañanas, cuando se arreglaba, como seria oír su risa... Kevin estaba completamente enfrascado en ella.

Todo paso muy rápido, Ann se puso de puntillas y se acerco para besarle. Kevin se sentía hipnotizado y entonces escucho un pequeño "clic". Empujo a Ann contra la pared y ella, aun más rápido, lo pego a la pared mientras miles de balas entraban a gran velocidad dentro del ascensor.

Ann chispeo en los brazos de Kevin, pero él no sintió dolor. El ascensor subió hacia arriba a gran velocidad y con la puerta abierta. Kevin miro a Ann, esta tenía los ojos cerrados y parecía tratar de concentrarse. El corazón de Kevin se volvió loco al darse cuenta de la situación, ¡tenía a Ann en sus brazos y habían estado a punto de besarse!

El hecho de que una orda de soldados acabaran de intentar convertirlos en coladores no le perturbaba demasiado. Le importaba menos de lo que debería.

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