17. X

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-Noto vuestra conexión. Estáis unidos.

Ann y Kevin se miraron. Lo sabía, ¡ese hombre lo sabia!

-Se cuando alguien tiene una conexión con otra persona.- Se movió un poco para sonreírle a Ann.- Tranquila, pequeña, no voy a haceros daño.

Ann salió de detrás de Kevin pero sin acercarse demasiado a Mike. Kevin por supuesto, no lo perdía de vista.

-Cuéntanos, ¿qué es este sitio?

-¿Podríamos pasear mientras os lo explico?, el almacén no es un lugar muy acogedor.

Dudaron bastante pero al final decidieron ir con Mike.

-La fabrica, como comúnmente llaman a este lugar, puede parecer un lugar donde la gente se reúne pero en realidad no es solo eso. Las personas de aquí tienen algo especial: la unión.- Mike los llevo por sitios donde apenas había gente así que Ann y Kevin podían concentrarse en lo que les estaba contando.

-Al principio, cuando se establece la conexión las jaquecas, los mareos y vómitos son comunes. La gente que no sabe de ella cataloga estos síntomas cómo una enfermedad pero en realidad no lo es. Todas las personas que veis aquí viven aquí.- Dijo acercándose a un cristal. Desde el se veían a las personas que estaban abajo, cenando.

-¿Por qué?- Dijo Kevin.

-No tienen a dónde ir...- Dijo Ann.

-Sí. Desgraciadamente hay gente que trata de cazarnos para llevarnos a laboratorios y diseccionarnos. A muchos de ellos esos cazadores les dejaron sin familia así que les dimos un hogar.

-Saben que estáis aquí.- Dijo Ann.

-Sí, lo saben desde hace tiempo pero no conseguirán nada. Cuando vienen nos movemos a otro lugar así que nunca consiguen nada.

-¿Que sabéis exactamente de la conexión? - Pregunto Kevin.

-No mucho, hay gente que se conecta a los diez o a los doce, nunca antes o después. También sabemos que hay algunos con los sentidos más desarrollados, capaces de cambiar los ojos de color o incluso el pelo. No sabemos mucho más. Antiguamente había gente con características especiales. Manipulaban cosas imposibles para los demás. Había una que podía manipular el tiempo.- Mike hizo una pausa.

-La cogieron. Por supuesto fuimos a por ella pero era demasiado tarde. La habían abierto en canal para observar como lo hacía, no llegaron a ninguna conclusión pero de alguna manera le sacaron su poder. Nos trajimos ese poder con nosotros.

-¿Para qué lo usáis?- Dijo Ann. Kevin recordó entonces el don de Ann con la electricidad pero no dijo nada.

-Muchos tienen amigos sin ningún tipo de unión. Nadie quiere poner a sus seres queridos en peligro así que influimos en el tiempo y les hacemos creer que están ahí, de esa manera no les echan de menos pero si no se les llama o se ponen en contacto con ellos... Bueno, sus amigos los acaban olvidando.

-Es un buen método... - Dijo Kevin. Le preocupaba Ann, prestaba demasiada atención a lo que Mike decía.

Un móvil vibro.

-Oh, lo siento. Es el mío. Vaya, es importante. Disculpadme un momento.- Mike se alejo, dejándolos unos momentos.

-¡Es genial!- Dijo Ann.- Aquí hay gente como yo, Kevin. Pueden darme un hogar, no tendrás que ocuparte de mi.- Ann asintió, Kevin no se lo podía creer. ¿Quería quedarse?- Esta decidido me quedare aquí, no tendrás que preocuparte por mi y podrás ir a clases. Estamos conectados así que podrás venir cuando quieras y yo iré a verte también.

No podía ser, para Kevin esto era peor que una despedida, no, de hecho, esto era una despedida. Y no la iba a aceptar.

-Ann deja de pensar que me molestas. A mí no me importa estar contigo.

Lo que quería decir era "Te quiero" pero no era tan fácil, incluso después de todos los besos era difícil. Le sudaban las manos y le temblaban las rodillas. ¡Maldita sea! ¡Solo tenía que decirlo!

Ann sonrió. Kevin ya sabía lo que le iba a decir, se iba a quedar.

-Ya estoy aquí.- Dijo Mike apareciendo de nuevo. Kevin miro a otra parte, deseaba tanto volver atrás en el tiempo y no venir nunca aquí... Era infantil pero le daba igual.

-Mike... ¿Que hacen a cambio de quedarse?

-Generalmente se encargan o de ir a comprar comida, algunos trabajan fuera para conseguir dinero, otros compran ropa, etc. Tenemos varios grupos. ¿Te gustaría quedarte?- Ann asintió.

-Lo suponía. He mandado preparar dos habitaciones, para ti y para él. ¿Tú también te quedaras?

-Oh, el ya tiene una cas...

-En realidad me gustaría quedarme.- Dijo Kevin cortando a Ann. Ella parpadeo y frunció el ceño pero no dijo nada más.

-Genial. Podéis mudaros cuando queráis, dejar que os explique sobre los roles. Habréis visto que las personas aquí se dividen en dos tipos.

-X y +.- Dijo Ann.

-Si.- Mike le sonrió, demasiado para el gusto de Kevin.- Los que tienen la X suelen ser los que sienten los cosas de la otra persona, pueden conectarse a la otra persona incluso si esta no quiere. En cambio los + son más extraños, suelen tener habilidades especiales como mayor agilidad o fuera e incluso tener los sentidos más desarrollados.

Ann asintió. Kevin saco varias inconcluencias a lo que Mike decía. Según el, Kevin seria el X pero Ann también había oído cosas ajenas cuando fue a por el pendrive...

-Aquí es donde os separáis.- Dijo Mike.- Adivino por como mueves las orejas que tu eres la que tiene los sentidos desarrollados, así que eres Plus. Debéis saber un par de cosas muy importantes: Los Plus y Por duermen separados, este es el pabellón plus. Mas allá esta el Por.

Ambos asintieron en gesto de entendimiento.

-Bien, y la última y más importante. A pesar de que la unión es entre un plus y un por, ninguno de los dos puede sentir amor por el otro. Esto hace que la unión se haga demasiado fuerte, tanto que el cuerpo no puede soportarlo y...- Mike bajo la cabeza.

-¿Eres la nueva?- Una mujer aparición detrás de Ann.

-Ah... S-si.

-¿Sabes ya que eres?

-Plus.

-¡Genial! Entonces estas en este pabellón, deja que te lo enseñe todo, por supuesto tu cuarto va primero.- Kevin memorizo la cara pecosa de la mujer que reía. Era pelirroja y tenía ojos oscuros. Era delgada y tenía la misma estatura que Ann.- ¿Cómo te llamas?

-Ann, ¿y tú?

-Soy Kylie. Hace poco yo era la nueva así que te enseñare todo lo que necesitas saber.

-Entonces te lo encargo Kylie.- Dijo Mike entregándole la llave del cuarto de Ann.

Ann sonrió y se fue con Kylie sin ni siquiera despedirse de él. No quería ocultarlo, le había dolido que a Ann le importara tan poco el vivir con él. ¿Y lo que había dicho Mike? Definitivamente no podía ser cierto, puede que Ann no lo amara pero él la amaba. ¿Quería eso decir que si Ann lo amaba morirían ambos?

Eso supondría que Ann no lo amaba, ¿los besos no habían significado nada para ella? Había... ¿Jugado con él? No podía dejar de pensar en ello, tanto que no se dio cuenta como llego a su habitación.

-Muchas cosas que pensar, ¿eh? Es normal.

Kevin suspiro.

-No te ofendas pero aun no me fio de vosotros.

Mike rio.

-No te preocupes, nadie lo hace. Ven te presentare a alguien, apuesto a que os llevareis bien. El siempre huele a aceite de motor como tú ahora mismo.

Almas UnidasWhere stories live. Discover now