51. Juntos

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La piel de Kevin estaba caliente y húmeda por la ducha. Su vientre duro por los músculos, y cuando subió las manos a sus pectorales, Ann pudo sentir el golpeteo del corazón nervioso de Kevin en la palma. Levanto la vista para mirar profundamente a los ojos negros de Kevin. Él le acaricio la cabeza y la beso con delicadeza. Después beso su cuello, y después la clavícula, todo muy pausadamente. El fuego en el interior de Ann ya estaba ardiendo. Lo deseaba, ¡lo quería ya!

Ann agarro la toalla en la cintura de Kevin. Agarro por el nudo, asegurándose de que no se deshiciera. Pudo sentir como Kevin aguantaba la respiración cuando le rozo un poco con la mano. El corazón de Ann estaba desbocado mientras acercaba a Kevin a la cama. El retiro la colcha con el resto de comida, las bragas de Ann y sus calzoncillos. Las botellas rodaron por la habitación hasta llegar a la pared, donde pararon. Kevin le desabrocho el sujetador y dejo que se deslizara hasta el suelo. Se maravillo con la vista.

Ann se sentó en la cama mientras Kevin seguía besándola, cuando estuvo completamente tumbada y con Kevin sobre ella, decidió deshacer el nudo de la toalla. Lo hizo poco a poco y justo cuando la toalla se deslizo al suelo, Ann libero a una de sus amigas para que apagara la luz.

Entonces toco delicadamente la punta con los dedos. Estaba dura y cuando Ann agarro el miembro de Kevin por completo, noto como se endurecía aun más. Kevin, que había apoyado la frente en la cama, soltó un gemido casi inaudible en su cuello. Sintió un escalofrió que bajaba por su columna hasta su entrepierna, así que Ann apretó los muslos. Acaricio a Kevin, arriba y abajo, sintiendo como la respiración de él se volvía un desastre.

Ann apreto un poco la mano y subía y bajaba el ritmo. Mientras, Kevin enloquecía en su oído, sus gruñidos cada vez más frecuentes. Cuando ella empezó a besarle el cuello y a dejarle pequeñas mordiditas aquí y allá noto como Kevin se tensaba. Ann estiro la otra mano y paso la uña por los muslos tensos de Kevin, después puso su mano sobre su otra mano y con ambas apretó mientras seguía subiendo y bajando.

-Ann...- Susurro él en un gruñido.- No puedo aguantar mas...

-Está bien.- Le susurro ella en el cuello.- Hazlo.

Ann, queriendo, apretó aun más las manos alrededor del miembro de Kevin. Noto como un pequeño temblor lo sacudió y entonces Kevin se corrió sobre ella mientras gruñía alto. Se incorporo un poco mientras Ann recogía un poco del liquido caliente en la mano. No pudo evitarlo, la curiosidad era mayor que ella así que se metió el dedo a la boca. Era salado, y sabia raro pero no estaba mal. Aun así... Ann aun deseaba a Kevin. Aunque no sabía si el tenia las mismas ganas que ella.

Se llevo una mano a su entrepierna, pero Kevin ya estaba allí, acariciándola. Ann dejo escapar un pequeño gemido mientras agarraba la mano de Kevin. El, se encendió por completo al oírla gemir de esa manera. Su miembro se puso duro como una piedra de nuevo.

-Kevin, yo... Quiero...- No sabía cómo decirlo, era demasiado vergonzoso.

-¿Si?- Le susurro en la entrepierna.- Dime lo que quieres y te lo dare.

-Y-Yo quiero que tú me... me...

-Quieres que yo te...

Sabía que Kevin estaba jugando con ella, pero ¿que podía hacer? El no dejaba de acariciarla y cuando aparto la tela y el contacto fue directo Ann se olvido de todo menos de Kevin. El empezó a besarla por todas partes, y cuando introdujo un único dedo Kevin no pudo evitar gemir. Dios, ella estaba tan húmeda... Lo saco y Ann rápidamente se levanto y se quito las bragas. Completamente desnuda se sentó a horcajadas sobre Kevin, quien estaba de rodillas sobre la cama.

Kevin, ahora igual de impaciente que Ann, dirigió su duro miembro hacia la entrada de Ann. Una vez apoyada Ann mordió a Kevin en el cuello mientas iba bajando ella misma. Entro entera sin ningún problema, Kevin y Ann gimieron en los cuellos del otro al sentirse el uno al otro.

-Dios Ann...- La voz de puro éxtasis de Kevin no hizo más que humedecer mas a Ann.- No sabes cómo se siente.

-Ah... Ni tu... Es increíble...

Kevin empezó a mover la cadera lentamente, Ann no tardo en acompasar sus movimientos a los suyos y pronto estuvieron moviéndose a un ritmo desenfrenado. Sus corazones latiendo juntos y ellos sintiendo y gimiendo cada vez mas alto. A ninguno le importaron los vecinos que pudieran tener. Ann apoyo la cabeza en el hombro de Kevin, el quería agradecerle por lo increíblemente bien que lo había hecho sentir antes así que bajo un mano y empezó a acariciarla. Ella gimió de puro placer cuando lo noto, el miembro de Kevin tambien lo noto.

-K-Kev...

-Rodéame el cuello con las manos.

Así lo hizo Ann. Ella sentía como todo su cuerpo empezaba a comprimirse, estaba cerca y sabía que Kevin también lo estaba, lo notaba. La mano de Kevin no le daba tregua, se movía cada vez más decidida y más rápida, como si su miembro no fuera suficiente. Ann pensó que iba a perder la cabeza, que su cuerpo no sería capaz de soportar tanto placer... Aun así no se detuvo.

Tampoco lo hizo cuando empezó a notar a sus amigas empujando bajo su piel, empezó a soltar pequeños gemidos y cuando Kevin dio una última estocada dentro de ella, como si supiera exactamente cuándo parar, gimió como nunca antes lo había hecho. Kevin le apretó la cintura con fuerza mientras se corría dentro de ella.

Ann, completamente cansada y satisfecha, se desplomo contra el cuerpo de Kevin, aunque el parecía estar tenso.

-Ann...- Susurro preocupado.

-¿Qué ocurre?- Notaba su propia voz relajada y satisfecha.

-Yo... Lo he hecho dentro...- Noto la preocupación en su voz y se acordó de que Kevin esta vez no llevaba ningún condón puesto. Ann hizo los cálculos en la cabeza. La ultima regla había sido...

Al notar el silencio de Ann Kevin empezó a alarmarse. Había sido un fallo suyo al fin y al cabo. Dos fallos de hecho, no haberse dado cuenta de que no tenía condón y el segundo, haberse corrido dentro.

-A-Ann...- No sabia que decir asi que volvio a cerrar la boca.

-Tranquilo.- Susurro ella al fin acariciándole la nuca.- Estamos seguros, acabo de hacer el cálculo. Esta semana estamos completamente seguros. Tenemos cinco días más.

Kevin respiro tranquilo de nuevo. Ann estaba agotada así que la tumbo con delicadeza en la cama y tapo a ambos con la manta. Ann se pego a su pecho como si fuera un imán, lo que hizo sonreir a Kevin. Le dio un pequeño beso.

-Te quiero.- Le susurro. El corazón de Kevin estaba henchido de felicidad.

-Yo también, cielo.- Ann levanto la cabeza al oírlo.- ¿No te gusta?

-No es eso... Me encanta.- Lo beso de nuevo y esta vez se quedo profundamente dormida entre sus brazos. Kevin le beso la frente y se quedo dormido también.    

Almas UnidasWhere stories live. Discover now