48. "Todo saldra bien"

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-¿Una rebelde?- Una voz grave como la de un demonio hablo delante de ella. Gustav, el torturador de Alan, apareció frente a sus ojos. Estaba igual de delgado y pálido como lo recordaba pero entonces vio algo tras él.

-¿Kevin?- Era él, estaba segura. Unas enfermeras lo habían levantado del suelo para ponerlo sobre la fría plancha de metal donde lo transportaban. Tenía la piel amarilla y los labios pálidos. No tenía buen aspecto. Kevin tenía razón, su cuerpo estaba colapsando. Pero, ¿y él? ¿Seguía como un fantasma o estaba al fin en su cuerpo? ¿Dónde estaba?

Un hombre bajito y gordo le agarro la cara a Ann y le miro directamente a los ojos. Se quedo quieta, asustada, mientras el hombre la observaba desde detrás de sus gafas.

-Aléjate de mi...- Consiguió decir. Pero el hombre solo sonrió.

-Muy bien... Ella está muy bien. Fuerte, sana. Quiero sus datos.- Le dijo a una de las enfermeras.

-Espera Eric, ella está unida a Dean.- Dijo Alan apareciendo de la nada, Ann vio a Dean justo detrás de él, al fondo. Acababa de llegar, y todas las personas le daban la espalda así que solo Ann podía verlo.

-Pues sepáralos.- Eric hablo con una voz glacial.- Cuando acabe con él.- Dijo mirando a Kevin.- Entrara ella y después Dean.

-Espera... Quieres ¿matarlo? Es uno de los mejores...

-Es un bicho raro, un espécimen, una prueba y su destino es ser un resultado. ¿De qué te sorprendes Alan? Tú sabias esto desde el principio. Tú te encargaste de coger a los niños. O es que acaso...- Sus ojos se entrecerraron un poco al observar a Alan.- ¿Te niegas a matarlo?

Alan estaba tenso, pero aun más lo estaba Dean. Podía sentirlo. Miraba a Alan desde el fondo. Aun nadie se había percatado de que él estaba allí, escuchando.

-Bien. Lo hare. Iré a buscarlo.- Alan dijo al fin.

-No, tu no. Mejor voy yo.- La voz grave de Gustav resonó en las paredes.

-¿Crees que no puedo hacer mi trabaj...?

-¡NO!- Un grito asusto a todas las personas allí reunidas, meno a Ann. Ella había visto la cara de Dean contraerse hasta soltar el grito. Sintió su agonía y su miedo a morir, noto como todo su mundo se derrumbaba bajo sus débiles hombros. Simplemente no pudo soportarlo.

Dean dio un único paso y extendió la mano. Eric y Gustav lo miraban como si miraran una ventana una noche lluviosa. Aburridos. Pero Alan y Ann sabían lo que Dean estaba haciendo, y cuando la plancha de metal empezó a temblar Ann corrió hacia Kevin para sostenerlo en sus brazos y que no callera al suelo de nuevo. Los cazadores se encararon a Dean y corrieron hacia él.

Ann aferro el cuerpo de Kevin y empezó a correr hacia otra dirección, alejándose de los tiros y los gritos de muerte. Pero Kevin pesaba demasiado y pronto se quedo sin fuerzas, entonces vio una camilla. Bien. Solo tenía que llegar hasta ella.

Deposito el cuerpo de Kevin lo más suave que pudo teniendo en cuenta las prisas. Lo empujo por pasillos, hasta que una enfermera apareció de repente al girar una esquina. Rápidamente la golpeo. La chica cayó al suelo con un golpe seco, Ann la agarro y la metió en un cuarto de limpieza, donde cambio sus ropas con las de ella. Así no habría problemas.

Se había perdido, definitivamente no sabía dónde estaba y eso la estaba consumiendo. ¡Podrían encontrarlos en cualquier momento! Entonces un chico apareció junto a ella, rápidamente lo agarro del cuello.

-Ey, ey. ¡Espera!- Pero ella lo ignoro y empezó a liberar las corrientes.- ¡Ann, Ann! ¡Soy yo! ¡Kevin!

Ann miro a Kevin, después al chico. Podría ser, pero también podría no ser.

-Demuéstralo.

-Ayer, en la habitación. Estuve contigo, ¿lo recuerdas?- Un pánico diferente brillaba en los ojos del chico.- ¿L-Lo recuerdas?- Repitió.

-Podrías haberlo visto en alguna cámara.- La voz de Ann era monótona. Joder, ¡tenía que salir de allí ya!- Demuéstramelo o te frio aquí mismo.

-Vale, vale. A ver... La primera vez que te vi, estabas rompiendo un sofá y yo estaba dentro de un armario.- Al agarre de Ann se aflojo.- Nos miramos a los ojos, no sabíamos que pasaba pero sentimos la conexión. La conexión que nos unió.

El chico hablaba rápido, casi atropelladamente. Desesperado porque Ann le creyera. La mano de Ann soltó su cuello y bajo poco a poco.

-La primera vez que te vi...- Repitió Kevin dentro del cazador ante la cara sorprendida de Ann.- Sentí la conexión.

-Kev...- Los ojos de Ann se llenaron de lágrimas que se seco rápidamente.- H-Hay que salir de aquí, Dean está peleando con Alan, Gustav y Eric.

-¿Gustav y Eric? ¿Quiénes son?

-Sí, am... No importa, lo que importa es que querían llevarte al quirófano cuando aparecí. Y ahora tenemos la oportunidad de salir pero...- Ann hipaba mientras lloraba y hablaba.- Pero no se salir... Estoy pérdida, esto es inútil. Soy una inútil.

Ann se llevo las manos a la cabeza. Kevin le acaricio los hombros con suavidad.

-Tranquila Ann, no eres una inútil has conseguido traer mi cuerpo por pasillos infestados de cazadores, y no es algo que una inútil haría. A demás, yo sé salir de aquí, pero antes.- Miro su cuerpo. Ann asintió también, secándose de nuevo las lágrimas.

-Vayamos a los cubos, quizás allí podamos hacer algo.

Kevin camino junto a Ann para que pareciera que la estaba escoltando, a ojos de los demás solo eran una enfermera que llevaba a un paciente y un cazador que los vigilaba. Corrían cuando no había nadie en el pasillo y cuando lo había, la parsimonia los consumía. ¡No tenían tiempo que perder! Recorrieron pasillos y más pasillos hasta que dieron con el lugar. Los dos cubos estaban en el centro de la sala. No había nadie allí así que entraron. Ambos miraron las maquinas, tratando de descifrar algo pero los botones no tenían indicaciones y no tenían ni idea de que hacían.

"Ojala pudiera coger otro cuerpo." Pensó Kevin. ¡Eso era!

-Ann.- Dijo agarrando la mano de ella y llevándosela al corazón.- Mátame.

-¡¿Qué?! ¿Estás loco? ¿Cómo voy a matarte?- Ella hizo fuerza para retirar la mano.

- No me mataras a mí sino al recipiente, necesito que me liberes para que pueda buscar a otro que entienda esta máquina.

-Pero... ¿Y si sale mal? ¿Y si no puedes salir?- Su voz temblaba.

-Hasta ahora he podido. Por favor, por favor Ann. No tenemos tiempo.- Kevin suplicaba con la mirada.

Ann cerró los ojos y evadió todo los pensamientos fatídicos que se le agolpaban en la mente. "Todo salda bien." Repetía en su cabeza como un mantra. Cargo las corrientes y estas rugieron furiosas en su interior. Respiro hondo.

-¿Preparado?

Almas UnidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora