21. El torneo

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-Hicieron una fiesta.

-He oído que entraron unas cinco tías con minifalda y alcohol así que se lo habrán pasado bien.- Los chicos pasaron a Ann y siguieron con su conversación.

A ella le quemaban los ojos. ¿Cuánto habían pasado? ¿Cuatro? ¿Cinco días y ya estaba con otra? ¿Ya la había cambiado? Ann no podía contener las lágrimas. Se derrumbo delante de la señora cuando esta le estaba dando el cambio. Estaba de espaldas al comedor así que nadie se había fijado en ella.

La señora, que si se había percatado, le abrió la puerta de la cocina y la dejo pasar. La sentó en una silla y le permitió quedarse cuanto quisiera. A demás le dio chocolate.

-No hay mal que el chocolate no cure.- Le dijo sonriente.

-Gracias... -Musito ella. - De verdad.- Lo intento, de verdad lo intento pero no consiguió evitar que las lágrimas brotaran de nuevo. No podía borrar de su mente la imagen de Kevin con cinco chicas.

La señora hablo con otra cocinera y se sentó junto a ella. Ann se fijo en ella, era mayor y tenía los ojos muy oscuros que contrastaban con su pelo rubio.

-¿Que te ocurre, cielo? Eres nueva y a tu edad no deberías hacer más que reír.

-Sí, lo sé...- Dijo Ann.- E-en realidad es una tontería pero... Pero también es importante y...

La señora asintió.

-Es un chico.

-Si... Se llama Kevin.

-¿Kevin, el nuevo?

Ann se sorprendió cuando la cocinera reconoció el nombre de Kevin.

-Si... ¿Lo conoces?

-No, pero yo organizo el torneo de lucha que hacen y Kevin es el nuevo apuntado. Te daré un consejo, todas las chicas que he conocido con un novio luchador han acabado con el corazón roto. Y llevo muchos años aquí.

-¿Luchador? ¿Kevin va a participar en el torneo?

-Sí. Junto a Samuel y Loren. No son malos chicos, están un poco alocados pero tienen la cabeza en su lugar.

-Parece ser que ayer la perdieron...- Dijo Ann cabizbaja.


Al día siguiente

Kevin parpadeo. Se sentía mucho mejor ahora que la resaca había desaparecido. Encendió el móvil y sonrió al ver los mensajes de Loren y Sam:


Sam: Arriba vagos, hoy no hay resaca y tengo hambre.


Loren: Oh, por favor. Déjame dormir.


Sam: KEEEEEEEVIN


Sam: No me hagas aporrear tu puerta.


Loren: No puede oírte idiota, tendrá el móvil en silencio.


Loren: ¡Como se te ocurra golpear mi puerta te quemo la comida!


Sam: Estoy saliendo.


Loren: De verdad que la quemo.


Sam: Estoy en el pasillo.

Almas UnidasWhere stories live. Discover now