20. La fiesta

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Aunque se sentía exhausto aun sentía un ardor dentro del pecho que podría matarlo. Podría derrumbar el edificio entero. Le dolía la cabeza. No quería pensar, no quería ver ni hacer nada.

Sabía lo que significaba eso y no iba a dejar que la depresión lo arrastrara. Kevin sabia que a veces podía ser muy débil pero al menos sabía que debía hacer ahora. Despejarse. Y la mejor manera era participando en el torneo que había mencionado Loren.


Un par de días después

Loren y Kevin tocaron la puerta de Sam. Eran más de las doce de la noche y Sam les había mandado un mensaje a ambos para que vinieran. Kevin bostezo y contagio a Loren.

-¿Qué querrá el loco a estas horas?

Sam abrió la puerta y Kevin parpadeo varias veces al ver su pelo azul. Loren entro como si nada y se tiro a la cama.

-¿Que te has hecho?- Dijo Kevin mirándolo fijamente.

-Oh, ¿esto? Me suelo cambiar el color del pelo.- Sam me encogió de hombros.- Os he llamado para comer, beber y comentar sobre el torneo.

Cerró la puerta detrás de Kevin y saco una caja. Kevin vio botes de tinte de todos los colores, pintura para el cuerpo, bolsas de comida y botellas de licor.

-Oh si, licor de Kiwi.- Loren beso la botella y le quito la tapa.

-No sabía que es lo que te gusta a ti así que he cogido vodka, Ron y vino para hacer kalimotxo.

-Me quedo el vodka.- Dijo Kevin. -Vais a flipar como mis amigos pero me gusta el Vodka a pelo.

-Ostias yo no bebo eso a pelo ni muerto.- Rio Loren entregándole vasos a ambos.

-¿Que celebramos? - Dijo Kevin.

-Que tenemos un loco más. - Loren le guiño el ojo.- Y que en dos días empieza el torneo.

-Y que volvemos a ser libres. - Sam levanto las llaves de su moto.- Antes de beber y perder el conocimiento, que sepas Kevin, que en el torneo puedes ponerte otro nombre.

-Naa, prefiero Kevin.

-Vale y que sepas que primero vamos Sam y yo, después iras tu. La gente creerá que no sabes pegar así que ¡déjalos con la boca abierta!- Loren empezaba a estar un poco feliz.

-Es una especie de tradición quitarse la camiseta así que cuida tus abdominales. Siempre competimos a quien gritan más las chicas.- Sam sonrió y Kevin estallo en risas. Dios, estos chicos podían levantarle el ánimo en cualquier momento.

-¡A ganar! - Grito Kevin levantando el vaso de Vodka.

-¡A ganar!- Dijo Loren desde la cama y Sam desde el suelo.


A la mañana siguiente

No llegaron al desayuno así que se quedaron donde estaban hasta la hora de comer. Loren había dormido en la cama de Sam, Sam sobre la mesa y Kevin en el suelo. Se despertó rodeado de botes de tintes y las manos llenas de pintura para el cuerpo. Gruño cuando giro el cuello, Sam dio una vuelta y reacciono cuando sintió el borde de la mesa. Kevin no pudo hacer más que reír, lo que despertó a Loren.

-Uuuhh. Callaros coño.

-Levántate de mi cama, ladrón. -Sam agarro una de las pinturas y le dibujo más cosas en la cara a Loren. Sam también tenía la cara pintada así que Kevin supuso que su cara estaría mas negra de lo que le gustaría.

Había sido una buena noche, recogieron las botellas y apuraron lo poco que quedaba. Kevin se sentía algo mejor aunque tenía miedo de la resaca que podía llegar a tener.

-No sé si ir a comer... El comedor es muy ruidoso...- Dijo Sam mirando la hora. Agarro un paquete de patatas fritas y lo abrió.

-Yo quiero comida de verdad.- Se quejo Loren.- Llama a Adrian, nos debe una desde el pasado torneo.

-Es verdad.- Sam marco el número y hablo con el tal Adrian. Mientras Kevin se recostó en la pared y se quedo dormido de nuevo.


Se despertó cuando Loren cerró la puerta de la habitación, tenía en la mano una bandeja con comida suficiente para una semana.

Comieron con ansias y se bebieron una botella de agua entera cada uno. Después volvieron a sus cuartos y se tiraron a la cama hasta el día siguiente. Ninguno de los tres se despertó para la cena.


Mientras tanto, en el comedor

Ann pasaba la vista por el comedor por quinta vez. La mesa que Kevin y sus dos amigos solían ocupar estaba vacía. Suspiro y bajo la vista hacia su bandeja. La comida de allí estaba rica, pero ella no tenía hambre. No desde que Kevin le dijo que fuera ella sola de manera tan fría. Aun no había ido... No se sentía capaz...

-Ann, ¿no comes?- Kylie la miraba con cara de preocupación. Ella había estado presente cuando Kevin la rechazó.

-No tengo hambre...

-¿Por qué no coges un yogurt? Es lo mejor cuando no hay hambre.

Ann sonrió, ni siquiera le apetecía el yogurt pero Kylie lo estaba haciendo por ella. Se levanto pensando en su amiga y no pudo evitar pensar cuando Kevin le decía que comiera porque estaba demasiado delgada. Casi sonrió al recordarlo, entonces todo iba bien...

Agarro el yogurt y le tendió el dinero a la señora de la barra, siempre tenía cara seria pero Ann se había dado cuenta de que en realidad era amable.

"Debería ir a hablar con él, saber porque se ha enfadado." Pensó. Pero entonces oyó como alguien lo mencionaba.

-¿Adrian? Ha tenido que llevarles comida a esos dos y al nuevo. ¿Cómo se llamaba?- Un chico se acercaba con la bandeja al lugar donde estaba Ann mientras hablaba con otro.

-Kevin.- Dijo el otro.

-Si ese. Creo que no han venido porque ayer hicieron una fiesta.

-Joder que sí, yo he oído que entraron unas cinco tías con minifalda y alcohol así que se lo habrán pasado bien.- Los chicos pasaron a Ann y siguieron con su conversación.

A ella le quemaban los ojos. ¿Cuánto habían pasado? ¿Cuatro? ¿Cinco días y ya estaba con otra? ¿Ya la había cambiado? Ann no podía contener las lágrimas. Se derrumbo delante de la señora cuando esta le estaba dando el cambio. Estaba de espaldas al comedor así que nadie se había fijado en ella.

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