Engaños

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La cabeza de Fuentes parecía querer explotar, el dolor no lo dejaba. La migraña había empeorado ese día. Incluso que lo miraran le molestaba. Ya todos en la oficina estaban al tanto de lo que había ocurrido, no era un secreto de que el asesino de Marie había vuelto a atacar. Lo peor de todo fue que para cuando se había levantado esa mañana y había prendido la televisión, lo primero que vio fue la noticia de un nuevo asesinato. Del asesinato de Olivia.

¿Cómo se habían enterado? No recordaba haber visto a algún reportero en la estación de policía ni siquiera en la escena del crimen. Tenía la sospecha de que esos reporteros se escondían hasta en los retretes. Solo esperaba que no hubiese sido alguien de la oficina al que se le hubiera salido la noticia. Aunque no estaría muy sorprendido, pues hasta los del sótano ya sabían de Olivia.

Para cuando llegó a la oficina no faltó el que le preguntó si ya iban a iniciar con el interrogatorio de testigos, de hecho fue el policía de la recepción el que le preguntó. No pudo evitar contestarle de mala manera, no estaba del mejor humor esa mañana. De hecho en ninguno de los días que pasaban estaba de buen humor, no desde que el doctor le había dado el resultado de sus análisis. Estaba haciendo todo lo contrario de lo que le había recetado el doctor, lo sabía muy bien y por eso iba morir antes de lo previsto.

Por más que evitara el estrés, este siempre venía a él.

Los interrogatorios ya los habían iniciado el día anterior, por desgracia la única persona a la que pudo interrogar fue a la mamá de Olivia, cosa que no salió muy bien, pues la mujer no estaba en muy buenas condiciones.

-No creo poder con esto- había dicho la mujer cuando estaban en medio de la entrevista y entonces se puso a llorar. No supo que hacer en esa situación, así que había aplazado la entrevista para el día siguiente.

Había citado a Andrea a primera hora del día, deseaba obtener algo esa vez. Al ser la madre de Olivia podría saber quién quería hacerle daño a su hija, debía de darles algo clave para continuar con el caso. Incluso ya tenía planeado un interrogatorio para el maestro Héctor Bravo, el hombre al que pertenecía el último número al que marcó Olivia, el hombre no tenía mucha idea del porque lo habían citado a la hora de comunicarse con él. Fuentes prefirió mantener en secreto el asunto hasta que el hombre estuviera frente a él, deseaba ver la cara que pondría cuando le dijera la verdadera razón, cuando le dijera que Olivia estaba muerta. Héctor tenía que darles una reacción, pues según eran pareja.

Pero ahora que la noticia había salido a la luz no dudaba de que el hombre ya lo supiera. Odiaba a los medio de comunicación.

Aún no sabía cómo iba a tratar el asunto de que el hombre al que iba a interrogar era culpable de una falta. Se había metido con una alumna. En Memphis aquello a pesar de no ser considerado como un delito como tal, sí era considerado algo grave, no solo para la sociedad sino también para las universidades. Había estados y países en los que mantener una relación con una alumna no se consideraba algo grave, pero tenía entendido que la Universidad de Memphis tenía un reglamento estricto. Sin embargo él no se iba a involucrar mucho en eso, pues él estaba ahí para investigar la muerte de Olivia.

Aunque sí tendría que informar a la universidad. Al menos tendría a su sospechoso en el ojo del huracán. Todos los ojos estarían sobre él. De eso se encargaría, de que si de verdad era un asesino no podría ocultarlo ni mucho menos huir.

En su mente se planteaba la duda de que si era aquella una conexión con Marie. ¿Tenían una conexión?

Lo único en lo que se conectaban los casos en que ambas chicas iban en la misma universidad, porque ni siquiera estaban en la misma carrera. Olivia era de Diseño, mientras que Marie era de Psicología.

CARTAS DE UN ASESINOWhere stories live. Discover now