Asesina

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Las pruebas estaban listas, ya no había nada de por medio que evitara que el agente pudiera saber de quién era la huella encontrada en aquel edificio.

Alex Bonatti tenía en sus manos el nombre del asesino o más bien, asesina. Si era sincero consigo mismo debía de decir que jamás imaginó que ella fuera. Incluso se estaba cuestionando todo, dudaba y se preguntaba cómo era posible. ¿Qué conexión tenía con las demás víctimas?

Jamás se había cuestionado tanto sus acciones, porque claro que sabía lo que tenía que hacer. No es como si de pronto pudiera llegar a la casa de la asesina y decirle que estaba arrestada y ponerle un par de esposas.

La espera se hacía larga. Las manecillas del reloj se movían con lentitud, casi burlándose de él.

"¿Estás seguro?"

Se preguntaba una y otra vez. ¿Por qué le costaba tanto creer que el asesino podía ser una mujer? Porque jamás lo vio como una posibilidad, en su mente la imagen de un hombre se hacía presente cada que pensaba en el caso.

Alex movía su pie de manera nerviosa, Alberto había salido un par de minutos atrás de la oficina y el agente le esperaba para saber que noticia tenía sobre la orden.

No tuvo que esperar mucho tiempo, pues Alberto atravesó la puerta de la oficina en cuanto el agente se levantó de su asiento, su propósito era tirar el reloj por la ventana. Al parecer sería otro día.

-Ya está todo listo.- dijo Alberto sentándose tras el escritorio.- Solo nos queda esperar la confirmación.

-Espero que sea para hoy.- dijo Alex con un tono de ironía.

-No sé como sean los jueces en California, pero en Memphis nos enorgullecemos de tener jueces competentes.

-No me quejo de su sistema y de sus jueces, es solo una cuestión personal.- respondió el agente con un gesto serio.

-¿Problemas con los jueces?

-Digamos que tengo la desgracia de que los jueces me odien.

-Lo odian.- dijo Alberto de forma reflexiva.- Jamás había escuchado algo así.

-Que no le sorprenda. Eso ha sido toda mi carrera, aunque no me quejo, podría irme peor.

Por no decir que creía que su jefe también lo odiaba, algo en él lo presentía, tal vez eran las llamadas de atención. Sí, eso era.

-Me alegro decirle que los jueces de Memphis no lo odian.

"No estaré tanto tiempo aquí como para que me odien"

-Eso es bueno.

Alex permaneció de pie observando a través de la ventana, consciente de la mirada que Alberto le daba.

-Agente.

-¿Sí?

-¿Realmente cree que esta chica lo hizo?

El agente se volvió hacia el capitán. La mirada de Alex no tranquilizó a Alberto.

-No se trata de quien crea yo que es el asesino, las pruebas hablan por sí mismas.

-Lo sé, pero solo nos basamos en una huella.

-Sí, tiene razón, una simple huella. La cual es la única huella encontrada en todas las escenas del crimen, la única pista junto con la huella de zapato.- Alex reflexionó.- La huella fue encontrada en un cuchillo, que según los peritos fue con el que se hicieron las marcas en el cuerpo de Helena Alcaraz. No necesito cuestionarme lo que creo, me remito a las pruebas y dicen que ella es la culpable.

CARTAS DE UN ASESINOWhere stories live. Discover now