Orgullo

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John Ledesma era un universitario, nada fuera de lo común teniendo en cuenta de que estaba en la misma escuela que Oliva, tenía 22 años de edad y cursaba su último año en la licenciatura de derecho. Era una suerte para Fuentes de que el tipo tuviera la mayoría de edad, así las cosas no se complicarían a la hora de tener que interrogarlo.

El agente se había hecho una idea de cómo podría ser John, pero de todas las apariencias que pudo haber imaginado ninguna era acertada, ni siquiera estaban cerca de la realidad.

Para Fuentes el tipo iba a tener una estatura promedio, posiblemente de cabello oscuro como todos los de la ciudad, con ojos cafés y tez morena. Algo común entre los ciudadanos de Memphis. Pero estaba muy equivocado.

Para cuando John Ledesma cruzó la puerta de la estación de la policía todos los ojos se posaron en él sin poder evitarlo. Simplemente era imposible no hacerlo, todo él abarcaba la primera instancia. La imagen que John representaba era la de un tipo de cuidado. De esos que te podrían partir en dos sin siquiera esforzarse lo suficiente. Incluso sin tener una chaqueta de cuero o montar una motocicleta daba la imagen de un motociclista duro y peligroso.

Ninguno de los policías que estaba en la instancia desearía toparse con él en cualquier situación.

Su vestimenta daba de que hablar, pues por mucho no encajaba con su cuerpo e imagen, tipos como él se debían de vestir con ropa negra, influyendo miedo a todos, pero no era así. John vestía con un pantalón de vestir oscuro, una camisa de vestir, sin ninguna arruga, de color blanco. Solo le faltaba una corbata y un saco para ser el perfecto abogado que buscaba ser.

Incluso cuando Fuentes lo vio no pudo evitar posar sus ojos en él preguntándose quién era aquel tipo de dos metros de altura que estaba sentado en uno de los sillones de la sala de interrogatorios. Tan solo la presencia del hombre hacía sentir a Fuentes que el oxígeno se agotaba.

Nunca en su vida había visto a un hombre tan alto y tan grande, porque no podía decir si su cuerpo era producto de un muy buen ejercicio.

-¿Quién es usted?-espetó Fuentes intentado no sonar tan intimidado ante la presencia del hombre.

-John Ledesma.- se presentó el hombre. Le extendió una mano al agente, el cual la acepto con cierto recelo.

"Que no me rompa la mano. Sólo eso pido"

En definitiva, John no era moreno ni de cabello oscuro. Era todo lo contrario. Era un tipo alto y grande, de cabello rubio y ojos cafés.

Nunca se hubiera imaginado a un futuro abogado con tal imagen.

Aunque todo en la vida era posible.

Al ver a John más ideas se le habían venido a la cabeza, una de ellas era de que era muy probable, incluso obvio, de que el hombre frente a él poseyera la fuerza de varios hombres. Así que cargar un cuerpo como el de Oliva, no era problema. Incluso para él, el peso de Marie y de la maleta pudo haber sido demasiado fácil de cargar hasta el puente sin que nadie sospechara de él.

Sin embargo cualquiera hubiera sospechado de un tipo de gran altura en un puente con una maleta.

Tanto John como Héctor poseían las características físicas de personas con buena condición y fuerza, personas que cargarían muy fácilmente a chicas de 70 kilos.

John Ledesma volvió a acomodarse en el asiento. El sillón se hundió unos centímetros más de lo normal bajo el gran peso del hombre. Algo le decía al agente que tendrían que cambiar el asiento luego de la entrevista.

-Supongo que sabes porque estás aquí.- comenzó Fuentes.- ¿O me equivoco?

-¿Por las investigaciones de la muerte de Olivia?- dijo John con voz grave.

CARTAS DE UN ASESINOWhere stories live. Discover now