Sangre

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Todos esperaban al agente encargado del caso, no tuvieron que preguntar porque era muy obvio que era parte de los asesinatos cometidos meses atrás, por ello es que nada se había movido.

El ánimo entre los presentes se sentía tenso, algunos haciéndose la pregunta que desde el inicio se presentó: ¿qué monstruo hacía algo así? ¿Por qué?

¿Qué culpa tenían aquellas chicas?

Pero había otra pregunta: ¿cuándo el agente iba a atrapar al asesino?

El hecho de que se estuviera tardando solo hablaba de incompetencia, uno que otro comenzaba a desconfiar, los días pasaban y no había resultados que les hiciera ver que estaban cerca de la verdad. Cuando murió el agente Fuentes todos pusieron sus esperanzas en el nuevo agente, Alex.

Querían respuestas, y no eran los únicos, los familiares de las victimas también querían saber quien había sido el asesino de sus hijas. Alex también quería saberlo.

Realmente lo deseaba, pero él mejor que nadie sabía lo complicado que era llevar a cabo una investigación de esa magnitud.

Tenían que tener paciencia.

Él la tenía, que se apresurara algo que no era, no significaba que daría en lo correcto.

Alex llegó minutos después, su prioridad obvia ante la situación. Su presencia imponía entre todos los policías presentes.

Llegó lo más rápido que el carro le permitió, las calles a esa hora estaban casi vacías así que no fue problema saltarse un par de semáforos.

Salió del automóvil, se dirigió al primer agente que vio, que resultó ser Acosta.

-¿Dónde está el cuerpo?- le preguntó nada más llegar, sin saludar.

-En el callejón, agente. Me temo que sí es una de las víctimas del caso.

Alex asintió y comenzó a caminar hacia el callejón seguido de Acosta.

-¿Sabe?- dijo Alex aún caminando.- Ustedes siempre están en la escena del crimen antes que todos, incluso con las victimas anteriores.

-¿Al caso sospecha de mí?

-En lo absoluto, solo se me hace muy curioso, ¿no le parece?

Alex se detuvo antes de que Acosta pudiera responder. El comentario no era con mala intención a su parecer, solo algo que le daba mucha curiosidad.

-No se preocupe, no le acuso de nada.- dijo Alex palmeando la espalda de Acosta. Sus ojos puestos en lo que estaban delante de él.

Un par de policías rodeaba un bulto en el suelo. La sangre se sentía en el aire. Se acercó hacia el cuerpo de la víctima.

No pestañeó cuando vio el cuerpo, el aire que no sabía que estaba conteniendo salió por sus labios. Frunció el ceño.

-¿Alguien sabe cómo llegó aquí?- preguntó a nadie en particular, su mirada en la mujer, la sangre rodeaba el cuerpo de la víctima. Una vez había visto en un estado parecido el cuerpo de un hombre; el chico de esa vez se había suicidado, impactó en el suelo, sin posibilidades de sobrevivir. Alzó su vista y observó sobre la cabeza de los demás.

-Creemos que ha caído desde el techo.- dijo Duran, saliendo del edificio frente a Alex.

-Cinco pisos, sin posibilidad de sobrevivir.- complementó Acosta.

-Aun menos con estos cortes.

Todos habían notado los cortes, por ello no hubo duda de que era el mismo asesino. Esas marcas tenían trastornado al agente, pues para él no tenían pies ni cabeza. Su búsqueda se había visto interrumpida por las demás investigaciones que llevó a cabo con relación a lo que unía a las víctimas. En los libros que había buscado no encontró nada que lo convenciera de que esa era la respuesta. Sin embargo ahora que había una nueva víctima probaría una vez más.

CARTAS DE UN ASESINOWhere stories live. Discover now