CARTAS DE UN ASESINO

Miedo

PARA: PP. Louis Williams.

DE: Maia Williams.

AUNTO: Cartas.

Ya sé la verdad, digo, no fue muy difícil saberla cuando tengo una especie de enemiga en la universidad. Aunque en lo personal creo que ya estamos muy grandes como para comportarnos de esta manera.

Pero, ¿puedo juzgarla? Creo que no, porque yo me sentiría de la misma manera, yo me siento igual que ella cuando veo a Helena con ese chico. Tal vez mis sentimientos no se asemejan a los de ella, pero intento comprenderla.

Realmente lo intento o lo intentaba, porque ahora cada vez que la veo solo quiero golpearla hasta que deje de hablar.

Mamá sale con un hombre casado. Que está a punto de divorciarse.

¿Por culpa de mamá? Me gustaría decir que no, pero la realidad es que creo que ella se equivocó.

Todo lo que decían en la universidad, todas las veces en que me confrontaron. Me cansé. Le pregunté por fin si era verdad todo lo que decían.

Mamá dice que no, que él ya estaba en proceso de divorcio cuando comenzaron a salir. Creo que me miente, pero estoy dispuesta a hacer como que le creo. Eso hace que los comentarios me hagan menos daño.

Los papeles en donde insultan a mamá siguen apareciendo en mi silla, pero ya sé quien es, no es como si se estuviera escondiendo.

Es la hija del hombre con el que sale mamá. Se llama Marie, antes era solo una chica más que veía caminar por los pasillos, ahora es mi pesadilla.

No me importaría si me insultara a mí, pero todo es contra mi madre. Si tú estuvieras en mi lugar defenderías el honor de mamá, pero yo no tengo fuerzas para hacerlo.

Tengo miedo de hacerlo. La presión en mi pecho me dice que estoy llegando a mi límite, lo que menos quiero hacer es decírselo a la psicóloga, hemos avanzado mucho desde que te fuiste.

A veces me siento muy bien y otras veces no tanto, pero es parte del proceso.

No dejaré que ella sepa de estos sentimientos. Me verá como un monstruo.

Porque eso es lo que la gente pensaría de mí si supieran todo cuanto pienso y siento sobre ellos.

Pero no es mi intención. Eso no me hace mala, ¿cierto?

Tengo este pensamiento recurrente sobre ella en un sueño que últimamente he tenido, casi puedo saborearlo. Deseo, aventarla por el puente, el grande, sería algo fugaz. Digo, sería algo que nadie hubiese hecho antes.

Es solo un deseo recurrente cuando veo los insultos.

Quisiera dejar de sentir miedo. Tú sabes que no lo hago por maldad, pero no lo puedo evitar pensar. Simplemente personas como ella no deberían vivir. Ella ha sido muy mala. ¿La maldad no se debe pagar?

Hay demasiadas personas a mi alrededor, todo da vueltas y estos sentimientos no se van. Debería hablarlo con la psicóloga, ¿no es cierto?

Esperaré a que se vayan.

Lo siento.

Te extraño.