Sueño 6: Prestigious Kingdom (II)

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...

Jacob

-¿Qué fue eso? -preguntó Amy, luego de escuchar un estruendo.

-No lo sé -contesté-. Pero se nota que fue grande. Debieron ser Dorian y Harley.

Dejé la lata de comida que tenía en la mano dentro de mi mochila, era la octava que encontraba en la habitación, además de un arma con munición completa. La habitación estaba iluminada, y hecha un desastre, varios habían muerto aquí dentro, pero sus cadáveres ya no se encontraban, salvo el de uno de los empleados que se había colgado del techo, y algún infectado le había devorado las piernas. En su muñeca derecha tenía puesto un reloj caro, de tecnología holográfica. Me lo había quedado.

-Ese reloj se te ve bien -dijo Amy observando mi muñeca desde el suelo, mientras cerraba su mochila.

-Gracias. ¿Lista para buscar más?

-Claro, solo encontré una lata de refresco, desodorante y un par de mentas analgésicos en la gaveta de medicinas del baño.

-Bueno. Movámonos, el ruido debe de haber alertado a todo el hotel.

Caminamos hacia la puerta, con escopeta y arco en manos, atentos a cualquier gemido o ruido. El corredor estaba vacío, solo los cuerpos sin vida y casi en los huesos estaban acompañándonos, junto con el musgo y la sangre de las paredes; un ruido provenía de cerca, estaban golpeando una puerta de manera violenta, entre gritos y gemidos.

-Es un feral. Debe de estar atrapado en una habitación -comenté.

-Entonces no hagamos ruido. Podría enloquecer más, salir a perseguirnos.

-Creo que esa es buena idea -dijo observándome.

Seguimos de frente por el pasillo, aún con el ruido del infectado golpeteando la puerta sin control, hasta que se oyó cómo se rompía la madera, y el infectado soltaba un rugido al aire. No sabíamos de donde se hallaba, solo que podíamos escucharlo. Por la esquina hizo aparición aquel infectado de ropa desgarrada, intestinos de fuera, descalzó y con media cara destrozada. Al vernos corrió hacia nosotros, iba a tensar la flecha, pero Amy se me adelantó, disparándole al hombro separando por completo el brazo derecho del cuerpo, llevándose parte del torso.

El infectado cayó al suelo luego de machar de sangre la pared. El costillar se le veía por la carne que el disparo destrozó. Con un tirón rápido, y soltar la flecha, el infectados cayó de espaldas con la cabeza clavada a la pared contraria, luego de levantarse.

Otro infectado apareció, seguido por varios más, todos ferals enloquecidos por el ruido del disparo. Los perdigones volaron hacia ellos destrozándolos, y las flechas les perforaban el cráneo cómo si nada; acabamos con los que venían por el frente, un total de ocho, pero por la retaguardia se nos acercaban más. Era hora de correr por nuestras vidas.

Amy me cubrió mientras rápidamente recuperé las cinco flechas que había disparado. Las municiones de la escopeta se le acabaron, entonces tuvo que recurrir a la recortada, que debía ser usada más de cerca, lo que representaba un gran peligro para ella.

-¡Ya las tengo todas! -Exclamé-. ¡Corre!

Los disparos se detuvieron, los gritos aumentaron, y nuestro ritmo cardiaco iba en ascenso, a medida que nuestros corazones bombeaban cada vez más sangre por nuestras venas. Los pasillos se llenaban con el eco de nuestras pisadas, los gritos de los infectados, y algún disparo que daba casi a ciegas por sobre mi hombro. Logré darle a un par en la cabeza, pero eso no mermó en nada el número de infectados.

Adelante se encontraban más infectados, bíter que nos bloqueaban el paso. Sin ninguna esquina por la cual doblar estábamos atrapados.

Íbamos a intentar entrar en una de las habitaciones con puertas abiertas, pero el suelo bajo nuestros pies cedió, los escombros de concreto levantaron una densa capa de un polvo muy fino cuando estuvimos sobre un piso estable. El alivio nos duró poco, unos instantes después de la caída, el piso volvió a ceder enviándonos un piso más abajo junto con más escombros.

Esperanza en la oscuridad (En proceso de publicación)Where stories live. Discover now