20: Dolor, Sufrimiento, Ira (II)

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(...)

Me golpeé fuertemente contra el suelo mojando una buna parte de mi cuerpo luego de tropezar, la antorcha cayó en medio del agua extinguiéndose sin forma de que la pudiese encender de nuevo; golpeé el suelo del enfado de haber tropezado, me puse de nuevo en pie sintiendo el cuerpo pesado por el agua que se estaba escurriendo. Sentí un fuerte y extraño olor que me hizo toser de inmediato al llegar a mis pulmones, era humo, donde había humo había fuego, pero era imposible que algo aquí abajo estuviese ardiendo por la cantidad de agua que había, a menos que hubiese una salida cercana y el humo estuviese filtrándose hasta aquí.

Seguí moviéndome, guiándome por el olor del humo que me provocaba escozor en la garganta cada vez que respiraba; los ruidos del fuego consumiendo materia comenzaron a escucharse, y el brillo del fuego se veía más adelante del túnel, mi salida de lo subterráneo ya estaba cerca, no importaba si eso me dejaba a mitad de la calle solo quería salir por fin de este lugar.

Di zancadas más largas acercándome al origen del brillo, el calor se hizo presente, el fuego debía ser demasiado intenso como para producir tal cantidad de calor estando a esta distancia. En el suelo se podía ver el fuego avanzar sobre el agua, debía haber combustible derramado que alimentaba el incendio.

Un enorme agujero estaba abierto más adelante había muchos escombros de la calle que se había colapsado, dejando que un auto cayera en el interior creando así una manera con la que podría salir de este agujero. En el fondo escuchaba los gemidos de los infectados que merodeaban alrededor del incendio, observaba los edificios que se podían ver, hasta que un infectado cubierto de fuego se acercó a la orilla cayendo hasta al suelo donde se clavó con unas varillas metálicas que sobresalían de un trozo de concreto.

Me detuve por un segundo después de haber corrido por diez minutos, para recuperar el aliento; el dolor en el brazo donde me mordió el infectado seguía presente a pesar de la adrenalina que recorría mi sangre, estaba sangrando necesitaba vendarm. No tenía algo para vendarme y no podía quitarme trozos de la ropa que me dejaran al descubierto mi piel para los infectados, pensé y lo único que tenía ala mano era la ropa de aquel infectado que estaba algo chamuscada por el fuego así que era inservible, pero el fuego en si serviría para cauterizarme la herida.

—No hay vuelta atrás —dije mientras me acercaba a los restos en llamas tomando un pedazo de tubería que estaba al rojo vivo.

Acerqué el metal ardiente a mi brazo sintiendo al instante su alta temperatura solo esperando el momento en el que tocaría mi carne. Cuando forcé el metal contra la mordida el dolor fue todavía peor del que me esperaba, aguanté un fuerte grito al dejarme caer de rodillas escuchando mi carne sisear mientras todo se cauterizaba, no soporté oler mi propia carne quemada y quité aquella tubería arrojándola de nuevo al fuego.

No me podía detener a pensar en el dolor, debía escalar hasta la superficie subí apresuradamente llegando a tocar el asfalto caliente con mi mano desprotegida, pero no me importó continué hasta que pude ponerme de pie viendo mucho mejor el panorama caótico que había, fuego por todas partes, escombros, edificios desquebrajados, autos en llamas e infectados que se dirigían al interior del incendio. 

Esperanza en la oscuridad (En proceso de publicación)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz