20: Dolor, Sufrimiento, Ira (III)

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Comencé a caminar entre los escombros para alejarme del calor pensando en lo ocurrido en este lugar. Los infectados ni siquiera se tomaban la molestia de observarme al estar más concentrados en el fuego cuya luz iluminaba demasiado las calles más no quitándoles su aspecto deplorable.

Un reflejo me dio en el ojo derecho provocándome una molestia, tapé mi rostro con mi mano por un segundo para observar de donde veía aquel reflejo centrando mi vista en los pies de un infectado que estaba a unos metros, tenía algo pequeño y reflejante de color plateado atorado en tu ropa desgarrada, observé fijamente la forma de aquel objeto viendo unas extrañas curvas que formaban...

—No... —susurré cuando encontré la forma.

Me quedé ahí paralizado unos segundos observando al infectado de cuerpo destazado, lleno de virios rotos en la espalda y hombros, mientras que la piel de su rostro se tambaleaba mientras colgaba de su mandíbula. La ira comenzó a apoderarse de mí, primero como un puño que se formó en mi mano izquierda, con la respiración agitada corrí hasta aquel infectado embistiéndolo y dejándome caer sobre en el en suelo, el putrefacto cadáver comenzó a estirar sus brazos para tratar de alcanzar mi cuello, pero estos estaban tan podridos que cuando traté de tomarlos muis dedos se hundían en su piel por la fuerza con la que lo apretaba, me desesperé y tome su brazo menos desgarrado para quebrarlo al usar toda mi fuerza para después arrancárselo del cuerpo.

Su otro brazo trataba de agarrarme, pero igual lo rompí, solo que este no lo arranqué, la ira me cegó totalmente tomé cuando tomé su cráneo que lo único que pude hacer fue golpearlo con fuerza sobre el pavimento. El ruido que hizo su cabeza fue reconfortante pero todavía seguía cegado de ira, así que lo hice otra vez, luego otra, y otra... Su sangre estaba en el pavimento, su cráneo empezaba a romperse por la fuerza que aplicaba hasta que unos golpes más tarde terminé por reventarle la parte traerá de la cabeza, pero seguí, no me detuve hasta que la mayoría de sus sesos ennegrecidos y malolientes se encontraban esparcidos por todas partes, y dejé salir un fuerte grito iracundo hacia el cielo nocturno.

Tomé el collar del retazo de ropa donde estaba atorado y lo sostuve por un momento entre mis manos, mientras mis lagrimas comenzaban a caer sobre la "E" manchada de hollín y sangre.

—E...Erika —sollocé.

Ella nunca lo hubiese dejado tirado, apenas y se lo quitaba, ella... Ella ya no debía estar en este en este mundo. Apreté fuerte el collar dañado lastimándome la mano que tenía desprotegida, mientras al estar ahí de rodillas llegué a caer en lo que no quería, en la desesperación, el miedo, acababa de perder toda la esperanza que me quedaba de que mi vida volviese a ser como antes.

—Lo siento... —dije cuando me puse su collar en el cuello.

Frente a mi venia corriendo un night skin a toda velocidad, seguramente había escuchado mi grito, que más daba; al ver a aquella abominación, solo podía pensar en mi hermana, corriendo por estas calles siendo perseguida por estas criaturas carentes de vida antes de que se la arrebataran a ella.

De nuevo a tristeza y el dolor se convirtieron en ira, que esta vez iba recorriendo cada neurona de mi cerebro, clamando venganza, deseando la sangre de los infectados que habían matado a mi hermana, y posiblemente a Dorian, a los demás... Al escuchar su aullido claramente escuché el sonido de cada una de las personas que más amaba siendo devoradas lentamente, esta vez correr no estaba permitido... Esta vez ser humano y acabar con su sufrimiento no era lo correcto, esta vez... Quería sangre.

Grité antes de ponerme de pie cuando el infectado estaba cerca, solté un golpe con la mano izquierda contra su rostro tirándole algunos dientes, tome ambo brazos y los usé para darme algo de impulso y darle un golpe con mi frente en la nariz que termino por rompérsela, lo pude sentir cuando su sangre mancho mi cara; lanzó un zarpazo que esquivé de inmediato, tomé su mano con la mano izquierda rompiéndole los dedos mientras pateé su rodilla dan fuerte que terminé rompiéndole el hueso, el night skin estaba arrodillado imitando quejidos de dolor antes de intentar atacarme con su otra garra, la recibí con un costado pero no deje que me clavara aquellas garras o la púa, le sujeté y retorcí el brazo hasta dislocárselo.

—¡Maldita basura! —grité al propinarle más golpes al rostro son la mano izquierda terminando de tirarle todos los dientes mientras su piel se desgarraba con cada golpe.

A su otra mano le arranqué la púa de la muñeca mientras su sangre salpico sobre mí.

—¡Por mi hermana! —grité al clavar la púa en su corazón—, ¡Por Dorian! —clavé la púa en su garganta—. ¡Por mis amigos! —apreté su cabeza hundiendo mis pulgares en sus ojos, el infectado se retorcía, pero sus extremidades no lo iban a salvar de esta, ni sus fuertes gritos me iba a detener—. ¡Y esto es por Colby! —tomé su cabeza desde la base del cuello, comencé a tirar de ella con cada fibra muscular en mis brazos, su piel se desgarraba, sus tendones se reventaban y entre borbotones de sangre y desgarros de carne logré arrancar su cabeza para después tirarla y aplastarla en el suelo hasta que quedo deshecha—. Y aun falta Harley —dije al empezar a correr, no iba a huir, iba a buscar mis armas antes de regresar al hospital.

Esperanza en la oscuridad (En proceso de publicación)Where stories live. Discover now