18: Terrores nocturnos (III)

147 18 9
                                    


... 

Érika (Al momento del choque)

Algo húmedo pasaba por mi rostro, mi cuerpo estaba completamente adolorido, fruncía el ceño mientras aquella cosa húmeda continuaba paseándose por mi rostro mientras escuchaba unos gemidos desesperados. Abrí los ojos viendo el hocico de Carter muy cerca de mi rostro, olfateándome.

Abrí los ojos un poco observando que estábamos todos en lo que antes era una de las paredes del remolque, se estaban levantando para intentar reponerse y escapar. Jake fue el primero de todos ellos en ponerse de pie y escapar corriendo tan rápido que un infectado que pasó cerca de él terminó derribado en el suelo por el golpe que le dio.

—¡Vamos chico vamos! —dijo Tren al acercarse a la salida y aplastarle el cráneo al infectado con su bota—. Debemos salir de aquí Jace.

Un golpe se escuchó en el exterior del camión mientras el interior empezaba a oler a combustible; me puse de pie tomando mi arma al escuchar que alguien gritaba por ayuda en el exterior, aquella voz era muy parecida a la de Dorian. Me levanté caminando un poco tambaleante con el rifle en las manos y siendo seguida por Carter, él no se apartaba de mi lado; me toqué la cabeza y tenía un poco de sangre, pero no era mía, no sentía absolutamente ninguna fuga de mi líquido vital en ningún lugar, nada a excepción del dolor que trataba de ignorar.

Estando afuera vi la situación en la que nos encontrábamos y era bastante grave, los infectados estaban por todas partes muy cerca y totalmente hambrientos. Un feral se paró sobre el camión rugiéndome y mirándome desde arriba con aquellos ojos rojos inyectados en sangre, estaba aterrada así que salí corriendo sin detenerme a pensar, qué camino tomar.

(...)

Me encontraba sola con Carter corriendo en la dirección opuesta al hospital; mi respiración estaba acelerada, tanto como los latidos de mi corazón, las piernas me dolían por los golpes al igual que los brazos, me quería detener, pero no me lo permitía, sobre explotaba mi cuerpo para mantenerme con vida más tiempo. Tenía un arma, pero el miedo era algo que no podía controlar en estos momentos de temor incontrolable.

Los infectados corriendo tras de mí, ver que de otros lugares salían más de ellos (las ventanas de los segundos pisos, alcantarillas, debajo de autos), me estaban rodeando poco a poco, más yo no dejaría de correr por nada del mundo. Me había alejado unos cien metros del camión en poco tiempo, pero no tardó mucho hasta que escuché que este había estallado.

Sentí un pánico terrible al escuchar aquella explosión; tan solo imaginar que alguien no hubiese logrado salir a tiempo, que hubiese quedado atrapado... Aquello me llenó de tristeza, tristeza que me distrajo de ver por donde corría. Tropecé con una de las grietas del asfalto cayendo cerca de un auto golpeándome el hombro contra este desquebrajando la ventana de por si frágil, esquirlas de vidrio cayeron sobre mi cuerpo. Ahora el hombro derecho me dolía, tenía feos raspones en mis brazos y los infectados acercándose. Me quejé al

Un infectado saltó sobre el auto cuando apoyé la espalda en la puerta para luego levantarme, lo miré desde abajo rugiéndome con su mandíbula abierta y llena de sangre seca; no emití sonido alguno quedando paralizada por el miedo. En el momento en el que el infectado iba asaltar sobre mí, Carter se le lazó para morderlo justamente en la garganta, derribándolo del auto Carter forcejeó con el infectado que trataba de quitárselo mientras mi cachorro solo me estaba protegiendo; le arrancó la garganta para seguir desgarrando aquella carne podrida de su cuello.

Los otros infectados que se acercaban enfocaron toda su atención a Carter, iban ahora tras de él.

—¡No! —grité tomando mi rifle del suelo.

Esperanza en la oscuridad (En proceso de publicación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora