Capítulo 1 | Viejo problema

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He sido toda mi vida buena con las palabras, pero nunca me ha atraído la idea de escribir.

Constantemente escucho a mi profesora de literatura decirme que debería aplicar para la carrera que ella ya había estudiado, pero en mi mente me repito una y otra vez que la universidad no aplicaba para mí ahora. Ella no lo entiende, nadie lo entiende.

Deliberadamente saco el móvil cuando me suena, mi compañera de literatura bufa en rendición porque no podrá conmigo. La pantalla refleja el nombre de Justin, e inmediatamente pienso que no puede ser nada bueno.

-De nuevo. -Dice cuando contesto, me mordisqueo la boca mirando a la profesora que explicaba algo acerca de un ensayo para última semana e intentando pensar que haré para salir esta vez.

-Salgo en cinco.

Cuelgo y siento la mirada de Maggie a mi lado, era posible que me detestara de las veces que hablaba por teléfono y no la dejaba escuchar la clase. Pero no me importaba, valía más escuchar donde estaba el abuelo que una tiernita mirada de ella.

-Sra. Steven.

Suspiro con frustración, se suponía que yo debía decir eso.

-No he pedido opiniones, Maggie. -Le dice la profesora con un tono frustrante pero sonriéndole.

-No, pero la han dado. -Dice mi compañera mirándome. -Creo que Levae no le gusta para nada como da su clase, la he estado viendo como llama constante por el celular diciendo que está harta de acudir a la escuela. Y que la detesta.

Los silbidos infantiles hicieron eco en el aula, volqué los ojos con molestia. Su berrinche de cada semana, me sorprende que no haya sido el miércoles si no hoy viernes. Detestaba que hiciera eso y se metiera en mi vida, debía valerle lo que yo hiciera o no.

-Al pasillo, señorita Dixon.

Me levanto recogiendo mis cosas, Maggie se me queda viendo con superioridad y se acomoda la blusa roja que cargaba hoy. Ojalá pudiera enfadarme, la verdad es que no ha ganado nada. Es tan patética.

-No dije nada de eso. -Intento explicarle a la profesora pero ella ya me tiende un pase de salida.

-Lo sé, Levae. Esto pasa cada inicio de fin de semana, y preguntaría porqué si tal vez quisieras decírmelo pero me ahorraré el cuestionario. -Sonríe ajustándose las gafas. -Maggie solo quiere molestarte, es mejor que resuelvas eso de allá afuera. No te olvides del ensayo, aunque ni sé porque te lo recuerdo.

No era por halagarme, pero era inteligente. Lo suficiente para hacer las tareas sin haberle prestado demasiada atención a la clase, la profesora Steven decía que era demasiado buena para seguir en último año. Creo que estaba de acuerdo, si no estuviera estudiando me podría hacer cargo de los problemas en la casa.

-Gracias, profesora.

Salgo de ahí a toda prisa, esto era rutina. Justin me llamaba cada viernes por la tarde cuando casi salgo de clases, el abuelo no colaboraba demasiado conmigo tendiendo a que sus aficiones por el alcohol siempre se interponían por los lo siento que me decía cada vez que lo tenía que sacar de ese asqueroso bar de su fiel y baboso amigo Malcom.

Le envió un mensaje a Justin que ya me estaba haciendo cargo y dándole las gracias cuando al cruzar la segunda calle que me alejaba de la escuela observo el coche del abuelo en ese pequeño bar. Era el más cerca de mi escuela y de la casa, afortunadamente en todo este tiempo he podido conservar el puesto en la escuela luego de haberme salido de una de las mejores para poder ayudar a este viejo que vive conmigo, y no era la gran cosa.

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