Capítulo 47 | Sí a todo

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Esto eran esos momentos en los que no sabía que decir, sentarme con la persona que dices amar y aclarar todos esos problemas que como pareja tienen no es necesariamente el escenario que alguien deseara. Menos en estas circunstancias.

Porque seamos claros, a nadie le gusta estar pelado con su novio ni tener esa cantidad de problemas que te llevaran a la cima y ni siquiera sabrás si se va o no a terminar.

Delante de mí, o al menos sentado delante de mí estaba Casey con una toalla alrededor de su cintura mientras yo yacía mirándolo en bata de baño. No es para nadie un secreto que seguiríamos con la acción en la cama, pero por alguna razón mi esposo no quiso ni estuvo de ánimos de seguir ya que todo lo que se nos viene es mucho peor viéndolo del punto de vista del que sea.

Me arrastro cerca de él tomando una de sus manos, su mirada viaja a ese acto y aferra sus dedos a los míos frunciendo su ceño y haciéndome sentir un sentimiento horrible en el pecho.

—No quiero volverte a escuchar decir que no puedes estar conmigo. —Susurra mirando nuestras manos. —No voy a divorciarme de ti, no voy a dejarte.

Cierro los ojos intentando que esas palabras se quedaran siempre conmigo, sería la única razón por la que no pensara que él de verdad se lo cuestiona.

—¿Lo dices para que me lo crea o lo dices en voz alta para que para ti suene real? —Pregunto en voz baja jugando con sus dedos.

—Lo que yo siento por ti es real. —Contesta alzando la mirada a la mía.

—¿Y que hay de lo demás?

—Levae, sé que tu tendrás tus razones para ser como eres incluso conmigo... No te culparía si atentaste...

—No lo hice. —Dije entre dientes alejando mis manos de las suyas.

—No dejas que termine. —Alza un poco la voz por lo que lo miro. —No te culparía si atentaras contra mí a pesar de todo, pero claro estaba que Jennifer no nos iba a dejar irnos lisos. Sé que Mac lo cree y aunque lleva mucho más tiempo conociéndole a él yo confío en ti, no estaría aquí ahora si no.

—Sabes... —Vuelvo la vista a mis manos. —En un tiempo si me hubiesen dicho que yo estaria aquí contigo eso seguro que no me lo creería... Pero lo único que quiero ahora es dejar esto a un lado y centrarnos en lo que hay, si va a durar para rato entonces que se alargue.

Casey mordisquea sus labios y se levanta de la cama estirándome sus manos.

—Esperaba que la tensión se cortara con algo como eso porque tengo algo para ti. —Apenas sonríe y me lleva al centro de la habitación alejandose hacia el armario que había allí. —Lo escondí esta tarde cuando estabas de fiesta en la sala... —Se estira agarrando una caja enorme color negra. —Pense que no llegaríamos a esto.

Frunzo el ceño cuando se acerca a mí con la caja estirandomela.

—No puedo creer que aun así enfadados tu me compres regalos. —Vuelco los ojos tomando la caja.

—No íbamos a durar mucho así...

Enarco una ceja hacia él.

—Joder, solo abrela.

Bufo acercándome a la cama y estirando la caja en esta, deshato el gran lazo blanco y saco la tapa sintiendo el corazón a millón. Nunca fui buena para obtener regalos o sorpresas pero ahora mismo me sentía como una niña pequeña.

El contenido de la caja estaba envuelta en papel, por lo que no me fue difícil adivinar al quitar el papel que había una tela extremadamente blanca con detalles brillantes debajo. Una cosa que me llevo al limite y me hizo sentirme como una verdadera mujer amada y casada, no me esperaba ni en un millón de años que Casey pensara regalarme un vestido de novia estando ya casados.

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